Page 2 - CONEXUS - Diciembre 2011

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“Ninguna sociedad actual es
superior a sus universidades”,
señala, el profesor Venezolano
Dr. Miguel Ángel Casas y es
quizás esta afirmación quien
mejor define los grandes desafíos
a los que se ven enfrentadas las
instituciones de Educación
Superior en Chile, Latinoamérica
y el mundo. Más aún si
consideramos que en esta
sociedad de permanente
cambio y creciente
globalización, la universidad
tradicional y casi inmutable de
otrora, evidentemente no
responde a las realidades y
demandas del presente y futuro.
Bajo este contexto la Universidad
Arturo Prat, al cumplir 46 años
de vida tiene tras de sí no sólo
la historia de esta Casa de
Estudios Superiores, sino la de
miles de Egresados y Alumnos
que junto a sus familias han visto
transformar sus vidas a través de
la Educación Continua de
calidad.
Esto abre, sin duda, un mundo
de incógnitas para la UNAP
respecto a cual debe ser hoy su
tarea, pues con visión de largo
plazo debe colaborar en la
construcción de una sociedad
igualitaria que propenda al
crecimiento y desarrollo,
mediante la formación de
capital humano de excelencia
y, además, debe ser capaz de
entregar las herramientas para
que estos profesionales
cuestionen el mundo donde
están inmersos y lo transformen.
Al celebrar un nuevo aniversario,
como Universidad Arturo Prat,
institución Pública y Regional,
estamos concientes de ser
claves para el acceso de sus
estudiantes y núcleo familiar a
nuevas oportunidades para una
mejor calidad de vida, pues
somos gestores en la
construcción de una masa
crítica de profesionales que hoy
están al servicio del bienestar
social y son esenciales para el
progreso de nuestro país.
Por ello nuestro llamado, no es
a sólo alegrarnos y celebrar esta
fecha, sino a instar a cada uno
de quienes han formado parte
de la comunidad universitaria,
durante estas más de cuatro
décadas, a que con su calidad
profesional y personal continúen
prestigiando el quehacer de su
Alma Mater, aportando desde
el conocimiento y desde el
corazón hacia el logro de una
sociedad más justa para todos
los chilenos, capaz de acoger y
a la vez aportar.
Porque la Educación Superior en
Chile, no puede ser el privilegio
de unos pocos, sino el derecho
de los más capaces.