Page 4 - CONEXUS - Mayo 2014

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Samuel Torres A.
Ingeniero Comercial,
Licenciado en Administración de Empresas y
Comercio Internacional,
Magíster en Administración de Empresas.
Académico Facultad de Ciencias Empresariales
Si analizamos el ámbito netamente económico en la
Región de Tarapacá, habría que separar los aspectos
durante y después de los sismos.
Recordemos que antes de los terremotos del 1 y 2 de
abril, nuestra región mostraba niveles positivos de
crecimiento y desempleo, mejorando los promedios
nacionales, muestra de ello es la gran actividad en el
sector de la construcción, minería, turismo y
comercio.
En materia de crecimiento la última cifra entregada
por el INE (Instituto Nacional de Estadísticas) a través
de su informe INACER (Índice de Actividad
Económica Regional) indicaba un 6,8% de
crecimiento acumulado en la Región de Tarapacá
para el año 2013, porcentaje muy por sobre el
promedio nacional. En cuanto al desempleo regional
según INE este fue del 5% durante el trimestre
febrero - abril, bajo el nivel nacional del 7% en el
mismo período.
No obstante todo este buen desempeño, hay
situaciones que aún se mantienen en rangos
deficientes, como el área de la Salud, dado su
limitado nivel de cobertura y calidad en los servicios
entregados, donde prácticamente existe sólo un
hospital y dos clínicas para más de 250 mil
habitantes. Además, debemos mencionar los
problemas de arrastre del hospital regional,
especialmente, en materia de infraestructura. Otro
tema no menor, es la ubicación en zona inundable
por parte de las clínicas.
Durante los días de los sismos principales y sus
respectivas réplicas, la región sufrió daños graves de
conectividad vial entre Iquique y Alto Hospicio,
importantes problemas de servicios básicos como
luz y agua, abastecimiento limitado, actividad de
comercio y educación con serios problemas para
entregar sus servicios en las semanas posteriores.
Algo similar ocurre con el Puerto de Iquique que vio
afectados los sitios 1 y 2 de descarga. Por otra parte
la Zofri resultó también con severos daños en
galpones y módulos, lo cual provocó el cierre por
algunos días.
A pesar de lo anterior, con muchas dificultades y
lentitud, la región continuó con sus actividades de
manera casi normal, como el sector financiero,
transporte, construcción, minería y servicios
generales. Solo destacaba un relativo ausentismo
laboral producto de la falta de transporte y daños en
la propiedad de los trabajadores.
Hoy día la región muestra claras señales de
recuperación, Zofri abrió sus puertas y opera con
normalidad al igual que los grandes y pequeños
comerciantes, los colegios y universidades regresan
a la normalidad. La actividad de construcción no se
detuvo y lejos de deprimirse saldrá fortalecida
después de dar pruebas de calidad en cuanto a
estándares de construcción, especialmente lo que
respecta a edificaciones modernas.