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volví a Iquique y me costó adaptarme, retorné
entonces, nuevamente, a la Isla. Ya llevo dos
años aquí y me siento muy feliz”.
Precisa, que enseñar en el Ombligo del Mundo
tiene otro cariz, ya sea por el paisaje, la gente y
su cultura. “Tengo a mi cargo 18 niños, tanto
pascuenses como de otras nacionalidades,
todos muy inquietos, inteligentes, sensibles y
perceptivos, a los cuales conozco desde sala
cuna. Por suerte tengo feeling con ellos por lo
que hemos establecido una relación de cariño y
respeto mutuo”.
Sin embargo, señala que no es fácil enseñar
aquí “Los pascuenses son personas que
respetan por sobre todo su cultura y a su
gente, no obstante para quienes no han nacido
en la Isla las cosas se dificultan pues te ven
como extraño. Cuesta ganarse su confianza, es
un trabajo de tiempo y paciencia, pero creo
que al fin la tengo producto de los avances, a
nivel cognitivo y emocional, que han visto en
sus hijos”.
En cuanto a su vida en la Isla, precisa que se ha
adecuado muy bien y se siente como en casa.”
Aquí se vive a otro ritmo, por suerte a uno que
me acomoda y en el cual me puedo desarrollar
completamente”. Hoy está pololeando con un
Rapa Nui y si bien no tiene claridad respecto
que el futuro le depara, está dispuesta a
enfrentar los cambios que vengan. “Sé que soy
buena en lo que hago y, además, estoy más
que dispuesta a vivir esta y otras aventuras“.
TURISMO
Isla de Pascua forma parte del continente
oceánico y compone el vértice oriental del
triángulo polinésico. Se encuentra justo al
frente del puerto de Caldera (III Región). Pero
la Punta Lavapié (VIII Región) es el punto en el
continente más cercano a la isla, a 3.526
kilómetros de distancia. Además está a 4.251
Km. de Papeete, la capital de la Polinesia
Francesa.
Tiene una población permanente que bordea
los 4 mil habitantes y son miles los turistas que
año a año atraídas por su historia recorren la
playa de Anakena, el pueblo de Hanga Roa, sus
moáis, la isla, Rano Raraku y el volcán Rano
Kau, entre otros.