Apasionado por la tecnología, de personalidad tímida pero con muchas ganas de aprender, Francisco Candia Rivas, titulado de Ingeniería civil en Informática de la Universidad Aturo Prat, ingresó a la carrera como cualquier estudiante buscando herramientas para desempeñarse laboralmente, sin embargo nunca pensó que su "evolución personal" durante su formación académica, lo llevaría a un cambio total de vida y radicarse en París.

Participativo en proyectos, ayudante de diversas asignaturas y presidente de su carrera, son algunos de los hitos que fueron fortaleciendo las habilidades innatas de Francisco, llevándolo a mirar más allá y ver hasta donde era capaz de explotar su potencial cuando en quinto año su jefe de carrera le comenta sobre la posibilidad de postular a un intercambio en Francia, "no estaba dentro de mis pensamientos pero lo evalué, conversé con mi familia y me dijeron: anda, ¿qué vas a perder?, solo un año, pero lo que ganaras en experiencia es una oportunidad que no se puede perder".

Esta posibilidad de crecimiento académico y profesional pudo concretarse gracias al convenio que tiene UNAP con la Université Technologie de Compiègne , y que significó para Francisco el gran trampolín para su nueva vida, "este proceso fue antes de que se implementara el área de Movilidad Estudiantil, así que partí con toda una nebulosa, pero poco a poco fui adaptándome y armando el proceso con la guía de los profesores, contacté a gente que ya había vivido esto y ellos me dieron varios consejos para llegar tranquilo y bien, después de eso todo fluyó".

Entusiasmado, confiesa que en un principio fue difícil pues el idioma es una barrera importante a pesar de su avanzado dominio del inglés, además del potente choque entre la cultura francesa y la hispana que le tomaron algo de adaptación, sin embargo nunca se sintió en desventaja en sus capacidades técnicas, "partí con absoluta confianza porque en ningún momento pensé que teníamos una menor calidad de educación y cuando llegue allá comprobé que es verdad, o sea como informáticos de UNAP tenemos todas las herramientas necesarias para poder desenvolvernos sin problemas en cualquier parte".

Confiesa haberse sentido muy bien preparado profesionalmente, certeza que tuvo para aprobar sus ramos durante los seis meses de estudio mientras que los otros seis meses de práctica profesional los realizó en una empresa de Seguridad Informática en París.  Sus habilidades innatas para aprender nuevas técnicas, el idioma y adaptarse a un nuevo entorno, provocaron que la empresa se interesara en contar permanentemente con Francisco entre sus profesionales, por lo que llegaron a un acuerdo para que regresara a Chile durante un año a terminar sus estudios y luego retornar a Europa donde, tras completar su malla y titularse, Francisco reside desde mayo del 2014 con visa de trabajo.

Orgulloso de su Alma Mater, reconoce que su paso por la universidad jugó en él un rol muy importante pues "acá me desarrollé, aprendí a expresarme, tomar decisiones, relacionarme con mucha gente distinta.  Y técnicamente es una carrera muy exigente que me enseñó a ser dedicado y a lidiar con la frustración porque en programación a veces las cosas fallan y debes ser persistente".

Francisco Candia aún se encuentra trabajando en la misma compañía parisina donde se inició, la cual ha ido creciendo al aliarse a una multinacional en un proceso del que ha sido participe y reconoce ha aprendido muchísimo, sin embargo, reafirma "me siento parte de esta universidad, porque todos hacemos la universidad, somos un equipo.  Es cierto que a veces tenemos algunas carencias pero entre todos tenemos la responsabilidad de sacar adelante la institución donde nos formamos y dejar bien puesto el nombre de UNAP en donde nos encontremos".

Fecha de públicación Octubre de 2017.