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Lunes 19 de octubre de 2020

Carlos Sepúlveda Mancilla, Jefe de la carrera de Kinesiología en UNAP Sede Victoria: el desafío de la docencia en un contexto virtual

Artículo destinado a reflexionar sobre el ejercicio de la enseñanza universitaria en el actual escenario de crisis sanitaria por COVID-19

 

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Está demás decir que este año será recordado en nuestra historia como aquel en donde la humanidad debió modificar completamente su percepción del mundo tal como lo conocía antes de la pandemia. Bajo esa lógica, muchas ocupaciones o tipos de trabajo han sido cuestionados y puestos en jaque; uno de estos es la labor docente, y más aun, aquella en contexto universitario, asociada a las ciencias de la salud.

Desde marzo de 2020, los profesionales dedicados a la enseñanza universitaria de las ciencias de la salud -en donde la mayoría de los casos no son profesionales de la educación, sino que de la salud ejerciendo la docencia-, han debido obligadamente reformular sus estrategias pedagógicas para el cumplimiento de los resultados de aprendizaje y de competencias genéricas y específicas, propias de dichas carreras.

Si bien en los últimos años los profesionales de la salud que realizan docencia se han capacitado, formado y actualizado en estrategias pedagógicas para la Educación Superior, la pandemia de COVID-19 ha afectado en gran medida la labor docente, teniendo los profesores que replantear estrategias y adaptarlas al contexto virtual, sumándole a esto diversas dificultades no relacionadas con la enseñanza, como el acceso a equipos computacionales por parte de los estudiantes, en donde nos hemos encontrado con una realidad abrumadora relacionada al acceso a estos equipos y la disponibilidad de conexión a internet, la cual ha dado cuenta de ser un privilegio de pocos y no algo masivo como creíamos hasta antes de la pandemia; sumado a la baja eficiencia de las conexiones, quedando expuestas diversas compañías por la mala calidad de sus servicios, por lo que nuevamente los docentes debieron adaptarse a las situaciones, creando espacios con mayor flexibilidad horaria para clases, consultas y entrega de evaluaciones.

Por otra parte, cabe destacar la dificultad en la participación de los y las estudiantes. En varios casos, los y las docentes reportan escasa participación durante las clases en línea, en donde, muchas veces, el hecho de hablarle a una pantalla en negro ha mermado la motivación de los y las profesionales. Así mismo, un tema no menor es que, si bien muchos profesores son excelentes profesionales, el no innovar y actualizarse en el uso de Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs), ha afectado su labor en el actual contexto, y cuya única solución, en definitiva, es capacitarse con las opciones existentes en la actualidad para dictar sus clases, y que aunque la gran mayoría de los y las estudiantes son nativos digitales, no presentan del todo habilidades en herramientas básicas como Word, Excel o PowerPoint, las que son útiles en un contexto educativo, y nuevamente, el docente debe asumir el desafío de lograr habilidades en las y los estudiantes en el uso de estos programas.

En las ciencias de la salud, se aprecia una característica muy distintiva respecto a otras áreas de desarrollo: la necesidad del contacto directo con personas a fin de llevar a cabo pasos prácticos, en los cuales, los y las estudiantes deben aprender de manera procedimental una técnica determinada, lo que se ha visto claramente restringido en el contexto actual, instaurando un desafío adicional a los y las docentes, quienes deben buscar las mejores estrategias para dar solución a este posible inconveniente, el cual, en primera instancia, parecía difícil de resolver.

Actualmente, los y las profesionales dedicados a la docencia han entendido que el hacer con las manos y repetir una técnica no es suficiente sin el desarrollo de un pensamiento crítico y de un análisis clínico de la situación en la que se aplicará dicho procedimiento. En términos simples, en este nuevo contexto, el docente propicia y da mayor énfasis en que el estudiante entienda el por qué, cuándo y cómo realizará una maniobra, técnica o procedimiento determinado en un usuario.

Si bien el saber hacer con las manos un procedimiento es una habilidad indispensable para cualquier profesional de la salud, el razonamiento clínico y el pensamiento crítico son habilidades de igual importancia en cualquier profesional sanitario de hoy en día, por lo que la labor docente en ciencias de la salud en el contexto actual es propiciar estas habilidades en los estudiantes, con el fin de dar sentido a las intervenciones y terapias a ejecutar, dependiendo del usuario y de su condición de salud.

Se debe entender que la docencia es un proceso de des aprendizaje y aprendizaje continuo, el cual requiere de una adaptación constante a las nuevas tecnologías y formas de enseñar, lo que establece un desafío permanente a los y las profesionales que se dediquen en cierta medida a la docencia en ciencias de la salud; los cuales, sin ser pedagogos, deben aprender a enseñar para instruir a los y las futuros profesionales sanitarios del país.