A cien años de la masacre de Santa María de Iquique
Pablo Artaza, Sergio González y Susana Jiles (Editores)
Proyecto Financiado con el Fondo de Cultura 2009, Gobierno Regional de Tarapacá. LOM Editores
Como es necesario el espacio, también lo es el tiempo. Así como los ciudadanos habitan los lugares que consideran significativos, también habitan en el tiempo histórico que influyen en la memoria. el don- entendido en los términos de Jacques Derrida- requiere tiempo porque es preciso que el suceso se fije en la memoria para que se transforme en un hito histórico. han pasado más de cien años desde la masacre obrera en la Escuela Santa María de Iquique en 1097 y ésta no ha sido olvidada gracias a la labor de artistas, intelectuales y políticos entre otros, pero, por sobre todo, debido a que la sociedad chilena en general, y la sociedad nortina en particular, se han negado a su olvido.
Los obreros pampinos se ofrendaron a las generaciones venideras y éstas deben devolverles el don para que se pueda cerrar un círculo de vida, el cual implica hacer el vínculo con las generaciones futuras: relatar, explicar, interpretar, deconstruir, y un largo etcétera, el suceso de 1907, ya que en la restitución de ese don que nos legaron (enviaron)los obreros del salitre hay demandas que trascendieron el tiempo y el espacio para transformarse en misión y destino para toda la sociedad nacional. De este modo se restituye el sacrificio que realizaron los caídos en la Plaza Montt, para que no sea olvidado y sea comprendido desde todos sus ángulos, sin ánimo de revancha ni de apologías extemporáneas.