LA EDUCACIÓN COMO UN FENÓMENO SUSTENTADO EN EL INTERÉS ACTUAL POR EL DESARROLLO DE COMPETENCIAS
Reflexión Académica
2021
Atrás quedo el paradigma reduccionista del siglo XIX y parte del XX. Aquel marcaba la tendencia al conductismo y a la mecanización. Por esos tiempos la memoria y la acumulación de conocimientos se hacían presente en todos lados, principalmente en la educación. El cerebro de los seres humanos cada vez se hacía más racional y se llenaba de casilleros sin ninguna interrelación.
Al interior de las aulas, el docente era el protagonista y aquel que marcaba las pautas de la enseñanza. El estudiante, por su parte, sólo obedecía y no cuestionaba absolutamente nada. ¡Por cierto, no le era permitido!.
Enhorabuena el mundo cambió. El conocimiento, la tecnología y la globalización lograron que este cambio fuera lo constante. El dinamismo dejó de lado el encasillamiento mental y dio paso a nuevos avances y formas de abordar el mundo.
Hoy el planeta está a la mano de las personas, los seres humanos cuentan con toda la información al instante. ¿Quién asiste a las bibliotecas?.¿Quiénes son los que leen libros?¿Quién son los que desarrollan la habilidad de escribir ?.Pocos somos los que compramos libros o quienes tenemos una inclinación a un desarrollo cerebral en toda su magnitud. ¡Por momentos nos miran extraños o fuera de foco!. Google y otros motores de búsqueda se han transformado en extensiones de los individuos. Es algo así como viajar y estar presente en todo momento con la información. Ya nadie puede decir que no sabe donde buscar algún dato o cómo realizar un proyecto, una tarea o cualquier cosa que se le ocurra. ¡Sí, cualquier cosa que se le ocurra está en Google!. ¡Qué maravilloso!.
La educación tampoco se ha quedado atrás. Avanza lentamente con sus nuevos paradigmas y va transformando día a día el pensamiento y comportamiento de los seres humanos. A través de sus diferentes procesos culturales, artísticos, tecnológicos, sociales, etc, las sociedades van transmitiendo a través de sus canales formales (la Escuela y las Universidades) sus conocimientos y competencias de generación a generación. Cada individuo, con su acervo de genotipo y fenotipo, construirá su propia realidad para enfrentar el mundo que le tocó vivir. Sus pequeños aportes serán un salto para su país y la humanidad.
Los tiempos actuales hablan de nuevos aires. Los textos del área de la educación van dejando atrás la preocupación por la enseñanza, dando paso a una mirada holística al aprendizaje y desarrollo del ser humano.
Quién lo diría, el constructivismo paso a ser el protagonista y puso al estudiante como el foco principal de esta historia, dejando en segundo plano al profesor (no por cierto menos importante) y sus metodologías añejas del siglo pasado.
El mundo actual requiere individuos creativos, innovadores, asertivos, con pensamiento holístico, con habilidades para gestionar recursos de todo tipo. En rigor, no necesita “libros con patas”. Requiere personas que no sólo tengan competencias a nivel del saber, sino que también en un plano del saber hacer y del ser. En suma, seres humanos con competencias para desarrollar una actividad cualquiera ante su sociedad y con capacidad para aprender a lo largo de toda su vida. Respecto al concepto de competencia y su relevancia la (Comisión Europera 2004,p.4 y 7, citado en Molina, 2006) señala:
Se considera que el término 'competencia' se refiere a una combinación de destrezas, conocimientos, aptitudes y actitudes, y a la inclusión de la disposición para aprender, además del saber cómo. (...) Las competencias clave representan un paquete multifuncional y transferible de conocimientos, destrezas y actitudes que todos los individuos necesitan para su realización y desarrollo personal, inclusión y empleo. Éstas deberían haber sido desarrolladas para el final de la enseñanza o formación obligatoria, y deberían actuar como la base para un posterior aprendizaje como parte de un aprendizaje a lo largo de la vida.
Las competencias pasaron a ser protagonistas dentro del ámbito educacional, toda vez que una persona sepa qué hacer con su conocimiento y como enfrentarse con el mismo ante una situación problemática, apoyado desde la experiencia y su desarrollo. Implica un cambio integral en el sujeto. Es como si un individuo activara un botón y su vida se convirtiera en algo funcional. ¡Si aplico este saber y funciona, entonces soy competente!.
Pero, no es suficiente que una persona sea competente, se le exige que sus conocimientos logren interrelacionarse entre sí y de esta manera cumplir con el objetivo que se ha planteado. En resumidas cuentas, que logre realizar una metacognición.
No obstante, también es relevante que el conocimiento y su aplicación se enmarquen dentro de un contexto. Un estudiante podrá aplicar los nuevos conocimientos aprendidos en la medida que logre relacionar los mismos con su mundo laboral (Molina, 2006).
También es necesario que las competencias estén relacionadas a algún contenido en específico. Esto está estrechamente conectado con la forma de evaluar las mismas. “Debemos ayudar al alumnado a construir, a adquirir y desarrollar; y también, en consecuencia, un referente para la evaluación, lo que hay que comprobar es que todos los alumnos y alumnas hayan adquirido al término de la educación básica el nivel de logro establecido” (Molina ,2006, p.17).
Al margen de lo expuesto, un curriculum por competencias implica llevar a cabo una serie de cambios relevantes en el establecimiento educacional, por cierto también en la mirada que el docente tiene de la educación. En este sentido, se provocarán cambios en las actividades del aprendizaje y los resultados esperados. De ahí la importancia que el cambio debe provocarse desde los niveles más básicos de la educación, que incluya además a la comunidad escolar y a todos sus representante administrativos.
Una mirada bajo competencias nos debe orientar a un proceso de aprendizaje y desarrollo del ser humano, dejando de lado la obsoleta ecuación de enseñanza-aprendizaje. Visto así, el foco apunta a lograr cambios en las personas, de tal forma de lograr su máxima potencia como individuo.
El proyecto Tuning las define como funciones cognitivas, procesos metacognitivos, conocimientos generales y también algunos aspectos de personalidad. Señala que al momento de clasificarlas éstas sean separadas en académicas y genéricas. También destaca que el proceso de aprendizaje del individuo debe aportar a la educación y “Desarrollar perfiles profesionales, resultados del aprendizaje y competencias deseables en términos de competencias genéricas y relativas a cada área de estudios incluyendo destrezas, conocimientos y contenido” (Menéndez, 2009,p.15).
No obstante, señala la importancia de saber qué es lo que demanda la sociedad en términos de un ser productivo para la misma. En este sentido, las Universidades tienen un gran rol que cumplir, ya que deben definir con claridad cuál será el perfil de sus egresados. Para tal efecto es prioritario consultar entonces, no sólo a la sociedad, sino que también a los docentes, los alumnos vigentes y los empleadores respecto al diseño de sus programas de estudios.
Respecto al tema de las competencias, un aspecto prioritario a considerar al momento de aplicar un modelo por competencias, es cómo la entidad educativa evaluará las mismas y cuáles son los atributos que contiene cada una de ellas. Aquí se produce uno de los grandes inconvenientes, ya que a ciencia cierta muchas Casas de Estudios no cuenta con los recursos humanos capacitados para llevar a cabo tal proceso.
En resumidas cuentas, el actual esquema educativo, a mi criterio, no está capacitado para enfrentar modelos que vienen de otros lados del mundo. Considero que no existe a cabalidad mentes tan preparadas para desarrollar tales procesos y transformar la educación de Chile de un día para otro (mi comentario para legisladores y teóricos de escritorios ).
Gran parte de esta sociedad son hijos del conductismo y sus cabezas siguen pegadas allí, esto es también para los estudiantes que asisten a los diversos formatos de estudios a nivel superior y de pregrado.
¿Qué hacemos entonces para cambiar nuestros paradigmas?
Irving Cadamuro Inostroza
Ph.D in Business Administration
Magíster en Finanzas
Magíster en Desarrollo Curricular y Proyectos Educativos
Referencias bibliográficas
Molina, V. (2006). “Currículo, competencias y noción de enseñanza-aprendizaje. Necesidad de una reformulación de nuestras concepciones de educación”. En Revista PRELAC Nº 3, UNESCO, diciembre 2006.
Menéndez, J. (2009).La noción de competencias en el proyecto Tuning. Un análisis textual desde la sociología de la educación. Revista Observar. 2009. 3, 5-41
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