Reflexión Académica

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Hoy en día se presenta el debate sobre los alcances que tendrá la Inteligencia Artificial (IA), es así como (Brynjolfsson y McAfee, 2014), señalan que ésta podría transformar el mundo del trabajo, la economía y la sociedad en su conjunto, de una manera profunda al igual que lo hicieron en su momento la electricidad y la máquina de vapor.

En las últimas décadas hemos visto como se han producido grandes avances en la IA, sobre todo gracias al desarrollo de nuevas técnicas de aprendizaje automático, el aumento de la capacidad de la computación y la recopilación masiva de datos. Estos continuos avances tecnológicos han permitido, por lo tanto, integrar la IA en un gran número de procesos en el mundo laboral que antes requerían la intervención humana. Es el caso de las habilidades perceptivas como ver y oir, las que estaban hasta hace poco fuera del alcance de las máquinas y que era algo natural para los seres humanos. Aun cuando en la actualidad se puede apreciar que la velocidad de los avances tecnológicos sigue siendo incierta, la IA presenta un potencial que podría facilitar la automatización de tareas aún más complejas, lo que la haría competir aún más con las capacidades cognitivas humanas (competencia del saber y saber hacer) en primera instancia y por qué no en un futuro cercano con las del saber compartir (trabajo en equipo).

Lo que diferencia a la IA actual de otras tecnologías de automatización (robotización, computadoras, máquinas automatizadas u otras) es que se basa en un mecanismo de aprendizaje en el que la acumulación de datos permite la mejora continua de los dispositivos a través del tiempo.

También es impresionante mencionar, el amplio abanico de ámbitos en que puede aplicarse la IA, que abarca sectores como la salud, la banca, el transporte y la industria, por citar algunos. Su vasto alcance y capacidad de auto perfeccionamiento hacen de la IA una tecnología genérica y versátil, capaz de desarrollar innovaciones complementarias en otros sectores de actividad (Bresnahan y Trajtenberg, 1995).

Por mucho que la posibilidad de una singularidad siga siendo altamente hipotética por el momento, los recientes avances de la IA están generando debates muy controvertidos que son típicos de situaciones relacionadas con el cambio. Unos observadores ven en la IA una auténtica oportunidad, tanto económica (aumento de la productividad, optimización de los procesos de producción, creación de nuevos mercados y difusión de la innovación, entre otros), como social (creación de nuevas tareas y empleos de alto valor agregado y eliminación de tareas repetitivas y rutinarias, entre otros). Además, sostienen que la capacidad de la IA para producir otras innovaciones podría generar nuevas industrias, de la mano de nuevos productos y servicios y nuevos puestos de trabajo y profesiones (como científicos de datos o programadores de IA), algo que ha ocurrido a través del tiempo cuando se ha visto el desarrollo en el aspecto tecnológico. Por otro lado, existen otras personas que muestran cierto pesimismo y ven en la IA una amenaza real para el empleo y las condiciones laborales. La intensificación del trabajo, la deshumanización de las relaciones interpersonales, una mayor fragmentación laboral y el control de los trabajadores reforzado por los algoritmos de la IA son algunos de los riesgos que podrían enfrentar los trabajadores con el advenimiento de la era de los macrodatos y la IA.

No obstante, más allá de estas dos visiones extremas, en la actualidad no existe un consenso claro sobre los efectos de la IA, ya sea en el nivel de empleo o en la calidad de éste y del trabajo. Esta situación da lugar a inquietudes y temores legítimos sobre el futuro del trabajo, producto del desconocimiento.

Aunque siempre es difícil saber con certeza lo que ocurrirá en el futuro, sí sabemos que la tecnología y el alcance de su despliegue contribuirán a cambios en el mundo del trabajo, en diferentes ámbitos y entre éstos, en particular en lo relacionado con la gestión y adaptación de las competencias laborales, algo que impactará en la evolución de los perfiles profesionales.

Frente a esto aparecen las reflexiones de: ¿Cómo van a evolucionar en el futuro cada una de las profesiones y por ende las competencias laborales?

¿Cuándo, de qué manera y hacia dónde deberemos orientar nuestras nuevas capacidades afín de mantenernos vigentes en el tiempo desde la perspectiva profesional como laboral?,

Finalmente, en función de estos análisis, se proyectan los principales retos y desafíos que plantea la IA y que deberán tener en cuenta los responsables de la toma de decisiones, ya sean públicos o privados.

Referencias Bibliográficas

Bresnahan TF, Trajtenberg M (1995) General purpose technologies `Engines of growth'? J. Econometr. 65: 83-108.

Brynjolfsson, Erik y Andrew McAfee, The Second Machine Age: Work, Progress, and Prosperity in a Time of Brilliant Technologies, W. W. Norton, New York, 2014.

Fernando Velásquez Díaz

Académico e investigador en Andragogía

Magíster en Administración de Empresas

Diplomado en Gestión Pedagógica

Irving Cadamuro Inostroza

Académico e investigador en Andragogía

Ph.D in Business Administration

Magíster en Finanzas

Magister en Docencia en Educación Superior

Magíster en Desarrollo Curricular y Proyectos Educativos

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