Conocer los centros de producción de microalgas, sus estándares de calidad, mercados y, también, los productos que generan, fueron parte de los objetivos de la gira tecnológica Japón- Taiwán, realizada por los investigadores de la Universidad Arturo Prat, Germán Bueno y Juan Pablo Díaz, los que fueron acompañados por el vicepresidente de la Comisión de Fomento y Productividad del Consejo Regional, Ernesto Lee.

La gira a los países asiáticos se enmarcó en el proyecto que lleva adelante la UNAP en esta ciudad, denominado “Generación y aplicación de tecnología para la producción de Harinas ricas en omega3 a partir de microalgas, como una nueva alternativa industrial en la región de Arica y Parinacota”, ejecutado por la Facultad de Recursos Naturales Renovables.

Dicha iniciativa se logró a través del Fondo de Innovación y Competitividad (FIC), donde se lograron recursos por $180 millones,  para poner en marcha una planta piloto en las dependencias de Corpesca, la que se proyecta como un eventual negocio basado en harinas ricas en omega3 y que fue expuesto en las empresas y universidades que se visitaron tanto en Japón, como en Taiwán.

Germán Bueno ingeniero en acuicultura y doctor en nutrición de la Universidad Nacional de Cheng Kung Taiwán, explicó que se eligió Taiwán y Japón, “ya que son los países que más producen la chlorella y los que más promueven la investigación”, dijo, para luego agregar que, “logramos contactar a estas compañías e interiorizarnos de sus productos, además visitamos universidades y centros tecnológicos en ambos países, los que están a la cabeza de este tema, con producciones de cosméticos, alimentos, probióticos y también de  combustible biodiésel”.

Juan Pablo Díaz, ingeniero en pesca de la Universidad Arturo Prat, explicó que, “la chrorella ofrece muchos productos, en un millonario mercado en expansión, principalmente Asia y EEUU”.

Entre los productos enumeró Juan Pablo Díaz, “están los alimentos funcionales y de vitaminas para la salud, por el omega3; está todo el mercado de los antioxidantes, orientados a desintoxicar el cuerpo; también está la producción de algas, para la producción de alimentos para cultivos de pescados, como el salmón; luego los biofertilizantes para productos orgánicos y, también, el otro gran desafío que es producir biocombustible en gran escala”.

Díaz aclaró que el objetivo del proyecto es “poner una planta piloto que se autofinancie y que tenga un rol social, como por ejemplo distribuir tabletas gratis a los niños o personas expuestas a contaminación".

El consejero regional Ernesto Lee, que fue parte de la comitiva aseguró que, “la gira fue exitosa desde el punto de vista científico para la región. Se ve un futuro promisorio con el cultivo de la alga Crhorella, por lo mismo como CORE queremos seguir apoyando la iniciativa”.

El propio consejero regional trajo un libro donde se hace mención a la chrorella y sus grandes virtudes curativas para reforzar el sistema inmunológico, mejorar la memoria y la concentración y desintoxicar y purificar la sangre.

El listado de universidades y centros de investigación visitados fueron: las universidades Agraria y Marítima de Tokio, la Universidad de Tsukuba, la Agencia Nacional de Investigación y Educación de Japón y las universidades de Chen Kung y  Tajen, junto a la empresa Chlorella, todas en Taiwán.