La cultura cívica

El proceso que experimenta hoy Chile, con una ciudadanía, desarraigada de sus instituciones y líderes políticos, que desde las bases busca impulsar cambios sustanciales, cuenta, a mi juicio, con una serie de factores, considerándose dentro de algunos elementos, la priorización del crecimiento económico por sobre el desarrollo político y la continuación de un modelo de vida, impuesto en un periodo de excepción.

Una de las grandes deudas, que ha tenido el Estado con el país en los últimos 26 años, es la de fomentar la generación de una cultura cívica, que permita contar con habitantes más y mejores informados sobre los fenómenos que experimenta el sistema.

Ejemplo, es la desaparición que impulsó Mineduc en 1997 de la asignatura de "Educación Cívica", que de un objetivo transversal al currículo escolar, fue transformado a un concepto de Formación Ciudadana, inserto en distintas asignaturas.

Si bien puede ser aventurado establecer como hipótesis, que el descontento ciudadano y sus respectivas movilizaciones, fueron resultados de esta modificación, si evidenciamos que aquella generación afectada por esa reforma educativa define un total desarraigo y desconfianza en sus élites.

Los politólogos Almond y Verba (1963), precisan que una forma democrática del sistema político de participación, requiere igualmente de una cultura política coordinada con ella y que las decisiones estratégicas adoptadas por los tomadores de decisiones están influidas por la cultura cívica.

Es precisamente la discusión pública, que en su Teoría de la Acción Comunicativa, Jürgen Habermas, adjudica como la única posibilidad de superar los conflictos sociales, permitiendo la búsqueda de consensos y que a través de una sociedad, normada y sustentada por una política democrática, pueda a través del espacio público surgir una opinión pública que constituya el eje de la cohesión social.

Buscando revertir esta tendencia, que Humberto Maturana (1985) identifica como la desintegración de un sistema, cuyos cambios estructurales no se relacionan con su organización, es que nuestra Universidad, implementará a partir del segundo semestre una asignatura de formación general que permita de manera transversal incorporar elementos de cultura cívica a nuestros estudiantes.