Intereses individuales
Diversos autores identificaron a partir de la década del 70 del siglo pasado, la existencia de un ciudadano que fue modificando sus intereses y valores, basados en la reafirmación de la democracia como un sistema de gobernanza y del sentido de una mayor seguridad física y económica.
El politólogo norteamericano; Ronald Inglehart, en su trabajo Modernización, Cambio Cultural y Democracia (2005), a través de un análisis a países en vías de y desarrollados, determina la existencia de un cambio cultural, reflejado a través de una transformación intergeneracional conectadas con el nivel de "seguridad existencial".
A grandes rasgos, el científico establece que entre los jóvenes predomina el deseo de alcanzar valores post-materialistas, enfatizando en acciones como la autonomía, auto-expresión y mejora en la calidad de vida.
Estos móviles resultan, según el autor, por la sensación de sobrevivencia garantizada, que alcanza a esta generación, transitando desde una sociedad materialista a otra post materialista, que a través de la auto expresión, establece un énfasis en la generación de nuevas ideas, tolerancia y diversidad, a través de propuestas alternativas.
Estos ideales, cuentan con diversas formas de manifestación, siendo las marchas o protestas, una tipología de participación no convencional, como establecen Verba, Lehman y Brady, en Voz e Igualdad (1995), siendo enfáticos en que su validación debe conectarse con formas de participación política.
Para esto, la manifestación debe representar a la comunidad, a través de un mensaje claro y con incentivos, que permitan la adscripción a esta, es decir la protesta como la obtención de bienes colectivos, trascendentes y perdurables en el tiempo, sino de otra forma sería la encarnación del neoliberalismo de lograr mejoras individuales y pasajeras, que benefician a pocos y perjudican a muchos.
En Cultura Política, Almond y Verba, enfatizan en que un sistema democrático se basa en la participación influyente de la población adulta como un todo, donde el individuo debe utilizar el poder de un modo inteligente, involucrando activamente a los ciudadanos en los asuntos públicos y no en alcances particulares y de interés personal.