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Campaña solidaria UNAP por incendios forestales llegó hasta las localidades de Portezuelo y Quirihue

La emergencia no daba tregua. Como todos los chilenos, veíamos impotentes como campos, bosques, casas, animales, todo sucumbía ante el fuego abrasador. Algo había que hacer, no podíamos quedarnos con los brazos cruzados, sólo viendo por televisión el dolor que vivían cientos de compatriotas. Y fue el Rector de la Universidad Arturo Prat, Gustavo Soto Bringas, quien hizo el llamado para iniciar una campaña urgente e ir con ayuda a las zonas afectadas por estos megaincendios.

Y la respuesta fue rotunda e inmediata. Académicos, funcionarios y administrativos de Arica, Antofagasta, Calama, Casa Central Iquique, Santiago y de la sede Victoria colaboraron y gracias a ello se logró reunir casi 4 mil litros de agua, 280 kilos de alimento para mascotas, ropa y productos no perecibles.

Con todo ello, por encargo del Rector y en representación de la institución, un grupo de voluntarios de la Universidad Arturo Prat viajó a la Región de Maule con la intención de entregar esta ayuda. Sin embargo, producto de la enorme solidaridad que se había volcado hacia la zona de Constitución y alrededores, incluida la devastada población Santa Olga, fueron las propias autoridades quienes indicaron que más al sur faltaba ayuda.

Fue así como esta comitiva emprendió su camino rumbo a la Provincia de Ñuble, en la Octava Región. Había restricciones de acceso, por lo que tras algunos contactos, fuimos escoltados por Carabineros. Específicamente, se llegó hasta Portezuelo, donde se estaba dando una dura batalla contra el fuego. En su Plaza de Armas descansaban y se hidrataban las cuadrillas de bomberos, de CONAF y voluntarios que iban haciendo recambio cada cierto tiempo.

En ese lugar, la delegación de UNAP fue recibida por la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Claudia Pascual; el ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga; el Intendente de la Región del Biobío, Rodrigo Díaz Wörner; el senador Feliper Harboe; y el alcalde de Portezuelo, René Schuffeneger. Este último agradeció la ayuda pero, siendo también generoso, dio cuenta que en una localidad vecina no había llegado ninguna asistencia. Por ello, en esta ciudad se dejó parte de la colaboración de nuestros funcionarios y luego se siguió poco más de 40 kilómetros hasta Quirihue.

El alcalde de esa localidad, Richard Irribarra, estaba conmovido. “Ha sido terrible lo que ha sucedido. Hay 28 casas destruidas y afortunadamente no tenemos desgracias personales. Pero a raíz del incendio se quemó toda la pradera y pastos, por lo que la gente no tiene como alimentar a sus animales. Hay muchas pérdidas, va a costar para levantarnos, pero con la ayuda que está llegando, de a poco vamos a ir saliendo adelante. Agradecemos a los funcionarios de la Universidad Arturo Prat que están apoyándonos. Todo lo que llegue es bienvenido, porque es para nuestra gente damnificada”.

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Esfuerzo gratificante

Por logística y cercanía con la zona de catástrofe, 22 funcionarios del Centro Docente y de Vinculación UNAP Santiago componían esta comitiva que llegó hasta las localidades de Portezuelo y Quirihue, en la Octava Región. María Carolina Gatica, jefa de docencia, cuenta que “impacta el olor que había en el ambiente, el humo. Me impactó ver a los animales que estaban siendo atendidos en la plaza de Portezuelo, así como ver llegar a los bomberos en los carros. Sus caras de cansancio, agotamiento. Ahí uno puede dimensionar lo duro que debe ser estar combatiendo en primera línea el incendio. Es primera vez que participo en un operativo de ayuda en situación de emergencia, y fue una experiencia reconfortante en lo personal, y en lo profesional, como equipo de trabajo fue una excelente experiencia para afiatarnos”.

El encargado de Contabilidad y de Activo Fijo, Reinaldo Leiva, recuerda que “el lugar al que llegamos era una imagen que no se la doy a nadie, ver como el paisaje de Chile se va destruyendo de a poco. Personalmente, agradezco a la universidad la oportunidad de habernos permitido acompañar en este momento a esas personas, haber entregado una ayuda, haber estado allá presente. Te alimenta como persona, de buena energía. Pero es una experiencia que te cambia el chip”.

Sandra Arteaga, encargada de Adquisiciones y Presupuesto, además de valorar el poder ayudar, dice que esta experiencia “enriquece como equipo de trabajo, nos integramos todos y la reacción ante el llamado fue inmediata”. Y agrega: “Llegar a Quirihue fue gratificante, porque necesitaban la ayuda, y eso te hace sentir bien. Estoy agradecida por la oportunidad que se nos dio de poder cooperar. Gracias a la institución que nos hizo ser parte de esta noble causa”.

El encargado de Operaciones, Neil Torrres, comenta que “lo que me conmovió fue ver a los bomberos llegando de la batalla. Que ganas de estar con ellos ayudando. Pero fue una satisfacción estar en Portezuelo y Quirihue entregando nuestra donación porque la gente lo necesitaba mucho. Y creo que parte de mi quedó allá”.

Delicia Urrutia, secretaria del Departamento de Carreras Técnicas también valoró la participación y colaboración de todos. “Esto nos ayuda a trabajar como equipo y ver que podemos hacer más cosas. Estoy orgullosa de ver que tanta gente ayudó. Y en lo personal, esto te deja un valor agregado como persona, como ser humano, porque un granito de arena solidario puede ayudar a otros que lo necesitan, en este acaso por los incendios que están afectando a nuestro país”.

A esta cadena solidaria impulsada por el Rector de la Universidad Arturo Prat se sumó Jorge Castro, dueño de Transportes Transvid S.A., quien facilitó el camión y su tripulación, lo que permitió llevar la ayuda hasta donde se necesitaba.