Censo y participación
Más de mil funcionarios y estudiantes de nuestra Casa de Estudios saldrán este miércoles 19 de abril, a aplicar el Censo. Esta acción, surgida por un convenio que realizó la Unap con el INE permite que desde hace un mes, se capacite a más de mil personas, entre académicos, administrativos y estudiantes, pudiendo así la universidad, ser la institución regional, que más censistas ha dispuesto para este proceso.
La idea, de que a través de esta contingencia, hayamos sido capaces de articular a un número tan grande de personas, me permite aventurar la tesis que la ciudadanía (en este caso nuestra familia universitaria) fortalece lo que los politólogos Almond y Verba calificaron en 1965 como la Cultura Política.
Sus autores, tipifican este concepto como el conjunto de orientaciones o valores hacia objetos políticos, que son predominantes en una sociedad, agregando además tres clasificaciones de culturas, como es la parroquial (cuando el individuo no espera nada del sistema), de súbdito (tiene una evaluación, pero su relación es vaga y pasiva) y finalmente la de participación (los miembros de la sociedad se orientan hacia sus objetos políticos).
Expongo esto, porque creo que a través de la adhesión en el Censo y en el Claustro Triestamental que impulsamos, migramos de una cultura súbdito-parroquial a una de mayor complejidad, como es la de participación.
Creo que en este elemento, es clave el rol que cumple la Universidad, como espacio de socialización política, contribuyendo a la formación de valores y cultura política, que a través de la transmisión generacional, permite configurar un sistema pluralista e inclusivo.
Somos de los que creemos que las universidades, en especial en regiones, deben ser grupos de referencias, que fomenten la participación social y política, instando a la generación de personas críticas y proactivas frente al sistema.