Iberoamérica mirando hacia el mar

"Qué inapropiado llamar Tierra a este planeta, cuando es evidente que debería llamarse Océano", precisaba el escritor y científico británico, Arthur Clarke,  frase que sin duda define la realidad de Chile, uno de los países con la costa más larga del mundo, aproximadamente 4.329 kilómetros de longitud que aumentan a 8 mil si incluimos el territorio antártico, con una flora y fauna marina altamente diversa y además, endémica. Sin embargo, el cuidado y la preservación de sus especies se ha visto afectada desde hace ya varias décadas en todo el mundo, trayendo un grave riesgo de extinción y a la extinción misma.

De esta manera, en la actualidad tenemos especies amenazadas, vulnerables o en peligro de extinción y si bien se están haciendo muchos esfuerzos que se reflejan, por ejemplo, en la firma de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites), que regula el tráfico de especies y al cual Chile ya está suscrito,  aún queda mucho por hacer y son pocos los que están consciente de ello.

Hoy vemos con inquietud cómo la contaminación; las grandes pesqueras; la introducción de especies exóticas y la degradación y pérdida del hábitat de las especies, amenazan la vida, siendo responsable cien por ciento la ignorancia, la ambición e indiferencia del hombre.

Frente a esto la Universidad Arturo Prat desarrolla una serie de iniciativas, como las que lleva a cabo su Centro de Investigación del Medioambiente, Cenima, quien está trabajando,  en la protección  del Gaviotín Chico. Instancia que se suma en el mes del quincuagésimo segundo aniversario de la Universidad al IV Simposio Iberoamericano de Ecología Reproductiva, Reclutamiento y Pesquerías - SIBECORP, iniciativa organizada por la Facultad de Recursos Naturales Renovables junto al Instituto de Fomento Pesquero  y con el gran apoyo de la Red Iberoamericana de Investigación Pesquera.

Este encuentro, que  dará respuesta a la inquietud de más de 100 investigadores de distintos países que concurrirán para mostrar sus estudios, fomenta la colaboración, dado que la pesca es un recurso económico vital en Latinoamérica, España y también Portugal.  Así los especialistas  podrán identificar y definir líneas de interés común, promoviendo la realización de proyectos colaborativos que aporten al campo de la ecología pesquera y de una explotación sostenible de los recursos.

De esta manera, la próxima semana entre el 5 al 9 de noviembre, la UNAP abrirá sus puertas,  para colaborar con los investigadores y entregar un sello único a las futuras generaciones de profesionales e iquiqueños, pues estamos dispuestos a actuar y demostrar que la colaboración es el camino para cambiar el mundo y proteger no solo a nuestro mar, sino a toda la humanidad.