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Lunes 22 de abril de 2019
COLUMNA DE OPINIÓN

Blockchain. Una tecnología clave para la Región de Tarapacá

Hans Guthrie Solís. Abogado - Poder Judicial. Máster en Derecho de Empresa Mención Derecho Tributario - Universidad Del Desarrollo. Máster en Derecho - Universidad de Valencia

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La actividad productiva avanza hacia la llamada Industria 4.0, la que se caracteriza por la implementación de sistemas ciberfísicos basados en algoritmos, hiperconectividad y automatización de procesos industriales. El ingrediente clave, claro está, es la incorporación de tecnologías de la información dirigidas a la digitalización y gestión masiva de datos y a la desafiante "interacción persona-maquina" (REY-ARES, 2019, RB 8-2) técnicas que conjugadas configurarán las operaciones fundamentales de la actividad comercial. Al final del día esta (re)evolución permitirá virtualizar activos y mercancías, favoreciendo una dualidad material y virtual de bienes económicamente relevantes, en miras a eficientar su circulación por los mercados.

En este contexto, la tecnología de cadena de bloques o blockchain podría convertirse en el marco digital potencialmente capaz de materializar el referido cambio, y su aplicación por parte de las industrias de nuestra región -dadas sus particulares características- las colocaría en una óptima posición. En efecto, con un rápido desarrollo, la tecnología de cadena de bloques se ha independizado de la industria monetaria y financiera, avanzando hacia otro tipo de mercados y organizaciones tanto públicas como privadas. De hecho, nuestro país es pionero en su adopción por parte del sector público, existiendo avances concretos en materia energética de la mano de la Comisión Nacional de Energía. Sin embargo, en lo que nos interesa, su irrupción en las empresas muestra un prometedor panorama. Estas nuevas modalidades de cadenas de bloques han dado origen a la llamada blockchain 2.0 dada su adaptación y expansión hacia otros requerimientos del mercado y de la industria.

En términos generales, blockchain es una base de datos descentralizada y distribuida. Un espacio virtual de registro cuyo protocolo se sostiene en internet y que permite la interacción de ordenadores que se encuentran en una posición de igualdad, es decir, se implementa por regla general en una red peer to peer. La manera en que se identifican los participantes (denominados nodos en argot informático), habitualmente será a través de un sistema de identificación llamado de "criptografía asimétrica". En cuya virtud cada participante cuenta con dos claves, una pública y una privada que en definitiva otorgan confidencialidad e integridad en la emisión y recepción de los mensajes de cada transacción (PONCE DE LEÓN, 2018, pp. 44-45). Tanto la confidencialidad como la integridad de las comunicaciones son virtudes imprescindibles dentro del comercio a distancia.

Luego, todos los elementos que constituyen el modo de funcionamiento tecnológico de blockchain, como la referida clave asimétrica, y también los algoritmos y los comandos criptográficos, son los que en definitiva dotan de fiabilidad y de una gran inmutabilidad a la información que en ella se registra. Estas virtudes permiten generar confianza en ambientes en los que no necesariamente exista, sin tener que recurrir a entes centrales, intermediarios u otro tipo de agentes centralizados que terminen incorporando costes adicionales a los procesos, o que los hagan más lentos y dependientes. En este sentido, el fomento de una comunicación más directa y fluida entre las principales partes de una transacción, termina por eficientar a los mercados existentes a través de una disminución de costes y mejoras en los tiempos de producción y distribución, permitiendo incluso el surgimiento de algunos nuevos.

Desde el punto de vista de la actividad empresarial, las relaciones interindustriales suelen estar friccionadas por la falta de confianza recíproca, debiendo recurrirse por ejemplo a agentes, seguros u otras operaciones que requieran gastos adicionales para garantizar los cumplimientos prestacionales de las partes. A través de blockchain empresas que no cuentan con una confianza plena entre sí podrían por su intermedio registrar transacciones de manera confiable sin tener que recurrir a terceros que centralicen las operaciones y que incorporen dichos costes, con lo que se estarían eficientando los distintos procesos industriales especialmente cuando estos se ventilan en redes multilaterales de actores desconocidos.

También se observan beneficios desde el punto de vista del consumidor o destinatario de las mercancías, puesto que, dependiendo del grado de publicidad que se ofrezca en la cadena de bloques de que se trate, se favorecería la transparencia de los bienes que circulan por las distintas cadenas de suministros, permitiendo garantizar la trazabilidad de los bienes desde su origen. Esto, por lo demás, descansa sobre un mecanismo informático difícil de alterar fraudulentamente, dotándole de seguridad, mejorando los tiempos de respuesta y al final del día aumentando la satisfacción de los usuarios.

Uno de los procesos que podría verse potenciado por la tecnología en comento es justamente la actividad logística y la distribución mercantil, las que por cierto se encuentran llamadas a ser motor impulsor de la cuarta revolución industrial. La logística 4.0 o "logística inteligente" está a la vuelta de la esquina, y los beneficios que trae aparejada su evolución pueden potencialmente cambiar la manera en que en la actualidad se desarrolla el comercio. En esta línea de ideas, el surgimiento de fábricas inteligentes, el vertiginoso desarrollo de la robótica y el internet de las cosas, requieren de tecnologías informáticas que permitan la comunión fluida y libre de fricciones de todos los actores, objetos y artefactos que configuran el nuevo ecosistema industrial. Este marco digital creemos puede ser entregado por la tecnología de cadena de bloques.

Estando así las cosas, en nuestra región se observan ciertos macro elementos que favorecerían notablemente el desarrollo de una logística inteligente sustentada en la tecnología de cadenas de bloques. Efectivamente, nuestra ubicación geográfica favorece un comercio a distancia tanto regional, nacional como internacional por el cual se comunican empresas que no necesariamente se conocen, y que se verían favorecidas por una tecnología que inyecte transparencia y confianza en las relaciones comerciales. Esta permitiría además dar a conocer y digitalizar, por ejemplo, a los pequeños productores agropecuarios del interior que no poseen necesariamente la visibilidad que si detentan las grandes industrias.

Por otro lado, la existencia de una Zona Franca dispuesta a abrazar la cuarta revolución industrial, que además cuenta con el centro logístico más relevante del país y de la zona sur del continente, se ofrece como una arquitectura natural para la generación de redes logísticas inteligentes que abracen las nuevas tecnologías de registro distribuido (género al cual pertenece blockchain), sumándose a esto la existencia de una actividad portuaria en expansión y constante innovación.

Esta realidad representa el contexto territorial que podría potenciar y apalancar las actividades de aquellas empresas que incorporen la tecnología de cadena de bloques dentro de sus procesos, tanto en cuanto ellas estarían ofreciendo una conectividad segura, más eficiente y vanguardista entre Tarapacá y el resto del mundo. Blockchain, en efecto, puede llegar a convertirse en la arquitectura digital que sostenga la actividad logística y comercial entre la región y los mercados extranjeros.

 

Hans Guthrie Solís

Académico Derecho UNAP