Sí a la Historia, Sí a la Educación Física

No saber lo que ha sucedido antes de nosotros es como ser incesantemente niños", señalaba Cicerón  respecto al valor de la historia y a como nos permite crecer y aprender de nuestros aciertos y errores. En tanto,  la  Educación Física, posibilita además del conocimiento de nuestro cuerpo, la prevención de enfermedades, nos enseña a trabajar en equipo y a respetar a los otros, facilitando la adquisición de valores y la intervención de otros conocimientos en su práctica, como las matemáticas,  la física, el arte y la música.

Ante esto, tras la decisión del Consejo Nacional de Educación (CNED) y el anuncio del Gobierno acerca de los cambios curriculares  para  III y IV medio, donde asignaturas como Historia y  también Educación Física estarían en un plan optativo a aplicarse el 2020, tenemos claro que como país si no hacemos algo ahora estaremos perdiendo el foco hacia una verdadera educación integral.

Frente a ello, especialistas y la ciudadanía en general han levantado sus voces, sumándose a este clamor el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas, CRUCH, al cual la Universidad Arturo Prat pertenece, señalando que si bien valora  cambios como el establecimiento de un plan común obligatorio para las modalidades Científico Humanista, Técnico Profesional y Artística, no se está de  acuerdo con el gran retroceso que implicaría una articulación distinta entre las nuevas bases curriculares considerando a ambas asignaturas como optativas, es decir que pueden o no tomarse por parte de los estudiantes.

¿Cómo avanzar como país y sociedad si desconocemos qué contexto y personas nos han hecho llegar hasta acá?, no somos un pueblo sin memoria y nuestros niñas y niños merecen tener un pasado. Asimismo, ¿Cómo crecer saludablemente si la práctica de la actividad física es considerada electiva, a pesar que la OCDE precisa que en Chile un 44 % de los niños presentan exceso de peso, alcanzando los adultos la cifra de un 34%?.¿Qué modelo educativo puede ser eficiente si nos conduce a formar ciudadanos sin memoria y sedentarios?.

Solo nos queda confiar en que existirá un diálogo profundo entre el Gobierno y todos los involucrados respecto a qué tipo de ciudadano queremos formar,  donde sinceramente espero que el ganador sea el sentido común,  que al parecer a veces es el menos común de los sentidos.