Portada Instituto de Estudios Internacionales Noticias Inte "Migrantes, el chivo expiatorio de las campañas electorales"

Jueves 21 de septiembre de 2017
Directora del INTE-UNAP critíca uso político de este tema

"Migrantes, el chivo expiatorio de las campañas electorales"

Imagen

Hoy por la mañana fuimos ingratamente sorprendidos con un cartel de la campaña electoral del candidato a senador independiente (ex PS) Fulvio Rossi, que señala "No más migraciones ilegales. Ley de expulsión inmediata a los delincuentes".

La sorpresa es porque el recurso de usar a los migrantes como chivo expiatorio de los males sociales, ha venido regularmente de la derecha o de posiciones ultraconservadoras y nacionalistas.

Sin embargo, Rossi cedió a la tentación de utilizar este expediente que asocia equivocada y erróneamente a la migración con la ilegalidad y la delincuencia.

Lo primero que hay que decir es que el Senador Rossi es hijo de migrantes italianos, que llegaron a Iquique como la mayoría de los extranjeros que son parte de la historia tarapaqueña, a trabajar y a emprender.

Hoy diríamos que eran migrantes económicos al igual que los peruanos, bolivianos, colombianos, haitianos o venezolanos, que han arribado a nuestro país en los últimos años. Según datos de la División de Población de Naciones Unidas el 85% de los migrantes que salen de sus países, lo hace por motivos económicos, es decir, a buscar trabajo. Un porcentaje menor y difícil de estimar huye por las guerras, la violencia interna o porque ha sido amenazados y temen por sus vidas.

En esa categoría están los refugiados y los desplazados ecológicos, que han aumentado en el último tiempo. Por tanto, la mayoría de las personas que viven en un país distinto al de nacimiento (3% del total de la población mundial), lo hace para buscar mejores horizontes y mayor bienestar para él o la migrante y sus familias.

En una ciudad como Iquique, que surge gracias a la migración interna, fronteriza e internacional, por la atracción que ejerció la explotación de la plata, el guano, el salitre, el cobre, la actividad portuaria y el comercio internacional, no es sólo desconocer la propia historia sino peor aún, es ignorar lo que somos.

Lo segundo, asociar migración con delincuencia es una manipulación de los datos y de los hechos con claro fin electoral, puesto que no sólo es un recurso fácil, sino porque las cifras dicen lo contrario.

Todas las estadísticas muestran una menor participación de los extranjeros en acciones delictivas respecto de los propios extranjeros y de los nacionales. Según datos del Departamento de Extranjería y Migración del año 2015 sólo el 0,3% del total de denuncias por ilícitos correspondió a extranjeros y que un 1% del total de extranjeros (477 mil para ese año) había sido detenido por cometer algún delito.

No hay consenso en afirmar que las bandas delincuenciales, estén formadas por extranjeros y, por tanto, no es posible asociar la migración con la delincuencia o aumento de la misma. Según datos recogidos por Sebastián Salinero de la U. de Talca, a Carabineros en años de mayor afluencia de extranjeros al país, se advierte una disminución de las detenciones. Entre el 2002 y el 2011, la tasa de detención para chilenos bajó de 3.356,1 a 3.114,2 cada 100 mil habitantes, mientras que para el mismo periodo la tasa de detenciones de extranjeros bajó de 3.139,1 a 2.330,9 por cada 100 mil habitantes.

En esto los medios de comunicación tienen un rol central porque tienden a destacar el dato cuando se trata de extranjeros con grandes titulares y notas de prensa de tinte sensacionalista.

Según una encuesta aplicada por la Universidad Central el 2016, la percepción de los encuestados chilenos es que de cada 100 personas, 25 son migrantes, pero los datos oficiales dicen que en Chile de 100 personas sólo 2 son migrantes. Por tanto, asistimos a una magnificación del fenómeno migratorio en circunstancias que en Chile el porcentaje de extranjeros respecto del total de la población no supera el 2,7% muy lejos del 10% de la mayoría de los países de la OCDE.

Por tanto, la asociación entre migración y delincuencia o aumento de la migración, no sólo es falsa sino es irresponsable, especialmente cuando se usa con fines electorales. La manipulación de los miedos de la ciudadanía es un recurso que ha dado dividendos a la ultraderecha europea y recientemente a la campaña de Trump a las que, al parecer, el candidato quiere emular.

Por último, señalar que ninguna persona sin documentos es ilegal, así ha sido estipulado por el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ACNUDH), Zeid Ra'ad Al Hussein, en el marco de un panel de discusión sobre la migración que tuvo lugar en Ginebra el año 2015.

Denominar ilegal a las personas que cruzan las fronteras por paso no habilitado, estimula la criminalización y la estigmatización, no solo porque en Chile la mayoría lo hace por pasos fronterizos y documentación al día, sino porque un porcentaje, ínfimo y difícil de determinar, es víctima de tráfico de personas. Por tanto, asociar migración con delincuencia no es sólo una asociación infundada, sino y sobre todo, porque es irresponsable estimular el odio y el racismo hacia personas que en su mayoría sólo buscan un mejor futuro y un mayor bienestar.