En el marco de la conmemoración de los 50 años del Golpe Militar

Comunidad universitaria e iquiqueña conoció la historia de las Dawsonianas en documental con perspectiva de género

La actividad fue organizada por la Dirección General de Vinculación con el Medio y Relaciones Internacionales, a través del proyecto Circuito Escolar, la Oficina Institucional de Iniciativas Territoriales (OFIIT) y el Circuito Cultural y Patrimonial, junto a las direcciones de Postgrado y Equidad de Género y Diversidad de la UNAP.

La Isla Dawson, situada en el estrecho de Magallanes, en 1973 volvió a transformarse por segunda vez en un campo de concentración para cientos de chilenos tras el Golpe de Estado.  Así con un futuro incierto y conociendo lo que estaba sucediendo en otros centros de detención del país, las mujeres de los detenidos bautizadas como las Dawsonianas, se abocaron a luchar por la supervivencia de sus familiares ante el estupor y, a veces, las burlas de las autoridades de la época. Esta es la historia que relata el documental Dawsonianas, de Roberto Riveros, presentado a la comunidad universitaria e Iquiqueña, el pasado viernes 18 de agosto en el aula magna Elena Caffarena de la Universidad Arturo Prat (UNAP).

En la oportunidad, el documentalista y académico de la Universidad Central, Roberto Riveros, afirmó que durante el proceso de realización de este testimonio audiovisual relevó la visión de las mujeres que dieron vida a este documental. ” Nos fuimos dando cuenta en los relatos que existía una importante perspectiva de género sobre la historia. Esto por porque, en definitiva, primero eran las mujeres quienes tenían la necesidad de contar la historia para compartir la experiencia de cómo se enfrentaron a una sociedad sumamente patriarcal y machista, y mucho más prejuiciosa por el entorno militar. Donde todas estas mujeres eran consideradas, y ellas mismas lo dicen, como mujeres de decoración, ornamentales y, por lo tanto, se convirtieron en mujeres poderosas, mujeres que se pudieron oponer al poder y también sufrieron las consecuencias de ello”.

Aclaró que una vez que las autoridades se dieron cuenta de que no eran solamente mujeres ornamentales, también sufrieron de esta guerra. “Eso fue una de las sorpresas y una de las perspectivas que se trabajó más con estudios, con estudiantes, muchísimas estudiantes mujeres que conectaron desde una perspectiva muy particular y dieron lugar a una conversación entre mujeres de distintas generaciones, y eso es algo muy valioso en este trabajo. Hoy al ver este documental estamos escudriñando un testimonio desde dentro del poder que no se había observado, por lo tanto, la invitación es a conocer una perspectiva más, una perspectiva valiosa sobre todo lo que aconteció en este país antes y después de septiembre de 1973”.

PERSPECTIVA DE GÉNERO

En ese contexto, la directora de Equidad de Género y Diversidad, Karen Jacob, precisó que esta instancia es de suma relevancia porque permite a la comunidad institucional y a la comunidad en general tener acceso a elementos que permiten hacer memoria. “Esta memoria que es trascendental para construir futuro en el marco de la conmemoración de los 50 años del Golpe, generando un espacio de encuentro y de reflexión en torno a la memoria, la democracia y el futuro. Es necesario, y hasta una obligación diría yo, recordar y reflexionar sobre los acontecimientos que provocaron la ruptura de la democracia en nuestro país en 1973, y para ello, debemos instalar tanto en nuestra cultura, como en el debate público la importancia y la incondicionalidad de la democracia, de los derechos humanos y de la no violencia".

Sostuvo que promover y proteger los Derechos Humanos será siempre un importante desafío y que, si bien se ha avanzado en ellos en las últimas décadas, aún se dan numerosos casos de violaciones a sus mandatos como son la violencia de género, la discriminación, la exclusión social, el racismo, entre otras.

Puntualizó la Directora de Equidad de Género que “Construir la memoria se trata de mirar al pasado, pero también de mirar hacia el futuro: es un proceso en el que se recuerda y se valora nuestra historia común, en función del futuro que queremos lograr”.

Agregó la autoridad universitaria que “Hoy más del 70% de la población en Chile no había nacido para el Golpe de Estado, entre quienes me incluyo, por lo tanto, tenemos el desafío y el deber de involucrar a las nuevas generaciones para preservar la memoria y proyectar un futuro comprometido con valores esenciales como son la democracia y los derechos humanos. Y en ello, como universidad pública y estatal, tenemos la responsabilidad social de promover espacios de diálogo, de reflexión y debate, abiertos a quienes forman parte de la comunidad universitaria y también del territorio donde habitamos, porque en conjunto construimos la sociedad”.

Finalmente recalcó que este documental muestra la vida de mujeres que tuvieron que enfrentarse a la incertidumbre de dónde estaban sus parejas, que tuvieron que asumir una un rol de fortaleza en un espacio también más masculinizado que hoy. “Ante esto la Dirección de Equidad de Género y Diversidad, relevamos el protagonismo que tienen estas mujeres en este registro de la historia, por lo cual quiero agradecer a Roberto, el creador de este documental, por permitirnos mostrar esta parte de la historia en nuestra Universidad, una Universidad pública y estatal que tiene esta responsabilidad social de abrir estos espacios de conversación y de debate a la Comunidad”.

 

TERROR EN EL NORTE

Durante la presentación del documental, los organizadores dieron el espacio para que uno de aquellos hombres que vivieron durante la época de la Dictadura Militar, contaran su testimonio de cómo se vivía esta situación en plena pampa en nuestra región.

Así pasados 50 años, Patricio Rivera Leyton, trabajador de la Salitrera Victoria recuerda “Si bien no fui prisionero, formé parte del mismo sistema que existía en esos días, que fue de mucho terror, de mucha violencia, de mucho miedo. Éramos prisioneros voluntarios nos encerramos en nuestras casas, en la pampa colocábamos un candado en la puerta y entrábamos por la ventana para que pensaran que no había nadie”.

Añadió que este documental muestra parte de esta historia que lo hizo revivir el miedo, el pánico e incluso el no saber si iba a vivir un día más. “Fuimos víctimas de tanta violencia y represión en circunstancias que el único pecado que cometíamos como trabajadores era ir a una reunión en el sindicato”.

Destacó además que “Es importante que los jóvenes se eduquen y, sobre todo, que tengan conciencia de lo que significa perder la libertad, perder la democracia. Era horrible vivir encerrado sin poder trabajar tranquilo porque estábamos en nuestros puestos de trabajo y de repente llegaban los militares y nos sacaban de ahí. Teníamos miedo, vivíamos en constante zozobra”.

 

 

 


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