UNAP ejecuta primer proyecto en Chile de Mal de Altura enfocado en mujeres.

Karenn Flores Urra, biotecnóloga, investigadora y la mente del equipo que está detrás del primer proyecto en Chile de mal de altura enfocado en mujeres, y quien destaca el beneficio que tendrá este estudio, tanto a nivel personal como también para la productividad.

Mujeres y hombres no nos enfermamos igual, no tenemos las mismas sintomatologías, ni respondemos de forma similar a los tratamientos, no obstante, durante siglos la medicina y ciencia ignoró esta diferencia, e incluso hoy son pocos los estudios que la toman en cuenta, a pesar de que puede determinar una mejor calidad de subsistencia, y quizás más trascendente, la vida y la muerte de una persona.

En ese contexto, el proyecto del Fondo para la Innovación a la Competitividad (FIC), financiado por el Gobierno Regional de Tarapacá y su Consejo Regional, fue adjudicado el 2022 por el Instituto de Estudios de la Salud (IES) de la Universidad Arturo Prat (UNAP). La iniciativa denominada, “Mujeres a gran altura: Potenciando la calidad de vida, salud y trabajo”, sin duda, es pionero en el área, así lo indica la directora de esta iniciativa e investigadora del IES, Dra. Karen Flores Urra. “Nuestra idea es que este FIC sea una contribución efectiva a las mujeres que trabajan de manera intermitente en altura, generando nuevos conocimientos que las ayuden a prevenir y aminorar los efectos de la puna o mal de altura, ya que sabemos que esta es en un área de la investigación aún muy incipiente”.

La especialista manifestó que este estudio podría dar respuesta a un sinnúmero de afecciones que en la actualidad están presentes en las mujeres, y que ante su creciente incorporación en todas las actividades productivas que se desarrollan en condiciones de altura, es fundamental descubrir, difundir y conocer.  “Hay un factor muy importante en la mujer que es la hormona femenina, la cual nos protege de la altura y hace que los efectos de ésta pasen más desapercibidos que en los hombres, igualándolos solo cuando llegamos a la etapa de la menopausia. Pero hay algo que no ha sido estudiado que es la puna, y la evidencia nos muestra que nosotras desarrollamos más punas que los hombres, tenemos más alteraciones metabólicas que ellos, y al estar en una región donde cada día hay más trabajadoras en esas condiciones, se hace fundamental estudiarlas”.

El proyecto, que comenzó hace tres meses y está en la etapa de reclutamiento, de acuerdo con la directora, en primera instancia tendrá como propósito observar y analizar todo lo que se ha visto a nivel cardiovascular y metabólico, viendo también la parte social que involucra lo que genera para una mujer el trabajar, exponerse a la altura, llegar a la casa y seguir trabajando, ver los hijos y otras tareas cotidianas, es decir el desgaste psicoemocional. “Vamos a analizar todos esos parámetros y cómo pueden influir en el desempeño tanto físico como mental, principalmente, asociado obviamente al mayor o menor desarrollo de patologías en altura”.

Agregó que, además, la iniciativa contempla la innovación con un parche donde se probarán algunos polifenoles y compuestos activos capaces de generar cierta efectos que aminoran los síntomas de la altura “La idea es que ya tenemos la información correspondiente a los hombres y en este período queremos obtener la de las mujeres, así podremos elaborar estos parches de manera diferenciada. Asimismo, confeccionaremos un manual de recomendaciones con diferenciaciones de género donde se podrá encontrar información, por ejemplo, de cómo prevenir y tratar a una mujer y sus síntomas a nivel de altura”.

 Sostuvo que el estudio en primera instancia se realizará con mujeres que trabajen de manera intermitente en altura “Nuestro sueño es que esto pueda ampliarse a quienes vivan, hagan turismo y deporte, pero todo depende del proceso de reclutamiento, ya que como mínimo se necesitan 100 mujeres”.

En el proyecto intervienen todos los investigadores del Instituto de Estudios de la Salud, liderados por la investigadora y se espera, además, incluir a otros especialistas internacionales expertos en estos temas

La investigadora destacó que  “Estoy súper orgullosa de iniciar el proyecto, pero no porque soy mujer, sino porque siento que es una necesidad para que todas y todos podamos tener una mejor calidad de vida, que nos analicen, que nos estudien, de tal manera que compartamos y difundamos lo que vamos descubriendo. Debemos tener en claro que las diferencias biológicas entre los géneros influyen en cómo se desenvuelven, se muestran y se tratan las enfermedades, por lo que al incorporar a las mujeres en este estudio tendremos conocimientos más precisos que nos permitan desarrollar enfoques para prevenir, diagnosticar y establecer tratamiento efectivos y personalizados.

De esta manera ambos géneros pueden beneficiarse por igual de los avances y recibir una atención de calidad basada en la evidencia científica.

IQUIQUEÑA E INVESTIGADORA

De la primera generación de la carrera de Biotecnología, esta iquiqueña criada y malcriada en la Tierra de Campeones, como ella misma señala, entró a estudiar la carrera de Biotecnología en la UNAP y continuó en su alma mater realizando su tesis en el Instituto de Estudios de la Salud, organismo que supo acoger su curiosidad y deseos de aportar a la investigación, y donde actualmente es parte como profesional e investigadora.

“Estudié en un colegio técnico Administración de Empresas, pero siempre tuve interés por la biología y no me decidía qué estudiar, lo que es típico cuando uno es más pequeño. Me empecé a dar cuenta de que me gustaba el área biológica y la investigación, incluso quise ser de la PDI. Entonces, el área de Admisión de la Universidad fue al colegio y conocí la carrera Biotecnología. Me dije esto es lo mío, porque además de unir la investigación con la biología encontré super interesante crear cosas nuevas a través de sistemas biológicos”.

 Así comenzó su historia como estudiante universitaria “Como cualquier joven que busca su nicho, y como me gustaba mucho la biomedicina, comencé a preguntar en distintos lugares dentro de la Universidad que es lo que estaban haciendo y llegue así al IES, donde me fascinó el estudiar efectos y problemas locales, y si bien la carrera de Biotecnología está en otras partes la diferencia es que acá estábamos abordando un nuevo tema, la medicina en altura. Esto determinó que me decidiera e ingresara al Instituto, lo que se sumó a que soy iquiqueña, nortina y siempre he querido aportar a la investigación local”.

Respecto a lo que desea a futuro esta joven la Doctora manifiesta que le gustaría hacer certificaciones y ayudar a las personas que se encuentran a gran altura, orientándolos para mejorar su estadía, trabajo o vida en esas condiciones “En esta temática falta aún mucho por hacer, por descubrir, por ello quise postular al proyecto FIC de mujeres. Hay un desconocimiento del tema que ha llevado, por ejemplo, a que no existan urgencias médicas o personal entrenado en el tema del mal de altura en estas zonas, por lo cual la gente que vive trabaja, o que por deporte o turismo llegan allá si son afectados no reciben una atención adecuada. Hoy gracias al que el Instituto ha seguido trabajando durante 25 años, tenemos conocimientos que seguirán aumentando y que deseamos que estén al alcance, tanto de nuestra región como de otras partes de Chile”.


ETIQUETAS DE LA NOTICIA