RIl editores, Santiago 2012.

El profesor Bello es Magíster en Estudios Sociales y Políticos Latinoamericanos y actualmente se desempeña como investigador del Instituto de Estudios Internacionales de nuestra Universidad. En su trabajo el profesor Bello deja de manifiesto que la triple frontera es dinámica, policromática y la más inquieta de todas las fronteras sudamericanas. Es posible argumentar a partir de esta condición, que la triple frontera es un espacio transfronterizo muy singular y vital para la convivencia social como también para la representación del submundo criminal. Por ejemplo, en este espacio geográfico, se ha ido fraguando una frontera con presencia de todos los males imaginables, al punto de denominarle un “escenario de riesgos estructurales”.

Al constituir esta zona el punto de confluencia entre los límites de Paraguay, Brasil y Argentina, ha empujado a que esta área se haya transformado en una amenaza permanente para la seguridad regional y hemisférica, al contar con altos niveles de corrupción y de extrema porosidad fronteriza. Conjuntamente con esta realidad, se agregan otras factores que amplifican la dimensión criminal de la zona, ya sea por la colaboración de funcionarios estatales como también la erosión institucional observada por el autor.

Es así como surge y se establece el contrabando como un proceso natural de intercambio social, además del narcotráfico y el tráfico de armas, amparados por un favorable clima de negocios, que ha hecho de este espacio un lucrativo centro de operaciones para el impulso de actividades ilícitas. Este escenario sociocultural convierte a la triple frontera en un interesante objeto de estudio, tanto así que el autor sobrepasa la conceptualización tradicional y en un destacado esfuerzo teórico, logra redefinir este sector como un espacio de “amenazas no militares”.

Aún cuando el profesor Bello establece que en este dinamismo de lo ilícito las responsabilidades son más bien compartidas, no deja de parecer interesante que Paraguay sea el país regional que por historia lidere las estadísticas de las actividades ilícitas, y sea desde ahí donde salgan mercancías y dineros propios de este juego macabro de lo ilegal. Lo anterior, empuja a Paraguay a constituirse en un Estado cómplice de dichas actividades, debilitando cada vez su capacidad de actuar.

Conjuntamente con lo anterior, el autor manifiesta la existencia de una precariedad social y económica sostenida, que sumado a la institucionalización de la corrupción, generan un terreno apto para el surgimiento de organizaciones criminales al margen de la ley, y reforzadas por cuestiones demográficas, geográficas y de infraestructura.