Conocer el proceso enológico, visualizando así el funcionamiento de la planta de procesamiento, que permite dar vida al Vino del Desierto, fue el objetivo de la visita que realizó el equipo de la Unidad de Gestión de la Innovación del Gobierno Regional de Tarapacá hasta el Centro Experimental de Canchones.

La comitiva, integrada por Joshua Langenegger, Sandra Arestegui y Alejandro Huerta, en el marco del proceso de cierre de proyectos financiados por el Fondo de Innovación a la Competitividad (FIC), recorrió las instalaciones que tiene la UNAP en la Pampa del Tamarugal, pudiendo constatar el proceso de vinificación que se desarrolla, gracias a los 630 millones de pesos que entre el 2012 y 2014 destinó el Gobierno Regional.

Marcelo Lanino, director del proyecto, exhibió a los profesionales la superficie donde se produce la cepa que da vida al Vino del Desierto, visualizando posteriormente la operación de los equipos en el proceso de despalillado y molienda, prensado y posterior transporte a las cubas, que dan inicio a la etapa enológica.

Según explicó el científico, el aporte alcanzado gracias al FIC, permitió hasta el 2014, incrementar la superficie de producción a dos héctareas, incorporar a cuatro agricultores de la zona en el proceso, adquirir el equipamiento necesario para la generación del vino, además de poder conocer experiencias similares y adquirir herramientas de especialistas.

Quien estuvo acompañado de los también investigadores del proyecto, como es Ingrid Poblete, Alex Zúñiga y Marcelo Rojas, destacó el futuro que tiene la generación de Vino del Desierto, que en un inicio producía 600 litros, para alcanzar hoy a los 4 mil litros.

Estableció que desde el año pasado, la misma Universidad brindó el financiamiento de esta iniciativa, definiendo hoy alguna línea que permita alcanzar recursos externos, que faciliten la ejecución de este emblemático proyecto.