Fomentar el desarrollo regional, diversificando la oferta agrícola en la Provincia del Tamarugal, a través de la introducción del cultivo del azafrán, es el proyecto que ejecuta el investigador de la Facultad de Recursos Naturales Renovables, doctor José Delatorre Herrera, gracias a la adquisición de un proyecto del Fondo de Innovación a la Competitividad (FIC).

La iniciativa, que cuenta con un presupuesto de 96 millones de pesos, donde el Fondo de Innovación Agropecuaria (FIA) aporta el 70% de los recursos, 25% la UNAP y 5% los agricultores beneficiados, "busca introducir un cultivo inexistente en la región y que cuenta con un desarrollo incipiente en el país", según indicó José Delatorre Herrera.

El académico explicó que esta planta perenne, es utilizada principalmente en Europa, como especia, que permite acompañar la preparación de arroces y carnes, siendo producida en Irán, España, Marruecos e India. Su producción, que requiere de un excesivo cuidado, le permite alcanzar altos costos comerciales, teniendo en Europa un valor aproximado de más de dos millones de pesos por kilo.

En Tarapacá, el proyecto tiene como beneficiarios directos a los agricultores de La Tirana, como es Miguel y Liliana Challapa, Beatriz Manchego, Vicenta Mollo y Fernando Chiffelle, pero permitiría indirectamente beneficiar a más de 150 habitantes de la Pampa del Tamarugal, que laboran en torno a la tierra.

José Delatorre, explicó que hoy la iniciativa comienza a dar forma, con la plantación de cormos en un espacio de alrededor de 100 metros cuadrados, ubicados en la Estación Experimental Canchones, que tiene la UNAP, considerando en febrero la habilitación de cinco unidades de validación con una dimensión de 50 m2, pertenecientes a los agricultores que laboran en el programa.

Indicó que de cada cormo plantado, puede producirse entre 1 a 3 flores, siendo el estigma el producto que se comercializa, los que tras su extracción deben ser desecados. Esta especie requiere de un clima templado-cálido y seco, soportando temperaturas elevadas y fríos intensos, pese a que las heladas pueden perjudicar su floración, es poco exigente de agua, requiriendo entre 300 a 500 mm de agua anualmente.

Su cosecha es manual y se desarrolla diariamente en la medida que las flores se abren, mientras que para alcanzar un kilo de estigmas frescos se necesitan alrededor de 80 kilos de flores frescas, lo que en número representan entre 200 mil a 250 mil flores, pudiendo alcanzar una productividad de 8 a 12 kilógramos de estigmas desecados por hectárea.

De esta forma, según José Delatorre, este proyecto busca diversificar las alternativas productivas mediante la introducción del azafrán en las condiciones edafoclimáticas y sociales de la Pampa del Tamarugal, permitiendo además seleccionar líneas promisorias y multiplicarlas mediante técnicas in vitro, evaluar la calidad de postcosecha del azafrán, transfiriendo técnicas agronómicas y como proceso final, organizar una sociedad comercializadora de azafrán, que lleve este producto a mercados internacionales.