Litio: desafío país y regional

Chile es el segundo productor a nivel mundial de litio y detenta una de las más grandes reservas del orbe. El potencial de desarrollo económico y productivo de este material es amplio, y si bien, hoy por hoy su campo de acción se concentra en la industria energética y tecnológica, las propiedades físicas y químicas que detenta han propiciado un vasto espacio de aplicación en otros múltiples sectores. Es así como en el ámbito comercial, el precio del litio ha pasado de los US$ 6.000 la tonelada a más de US$ 80.000, generando ingresos fiscales en nuestro país por más de US$5.000 millones al 2022.

El desafío es vincular el desarrollo económico de Chile a los cambios ambientales y sociales del mundo global, lo cual implica situar en el centro, el bienestar a las personas y los territorios donde se concentran los salares con las reservas de mineral, ecosistemas complejos y únicos que debemos preservar. Esto lo ha entendido el Gobierno de Chile, que de manera reciente ha hecho pública la Estrategia Nacional del Litio, con la cual propone incrementar las riquezas del país desarrollando una industria que vincule una activa colaboración pública-privada, donde confluya la definición estratégica del Estado y los aportes de capital, innovación y redes de los privados.

El levantar y proyectar esta industria es un cometido común que amerita convergencia de voluntades. Es allí precisamente donde la academia cumple un rol fundamental. La ciencia y la tecnología aplicada a los procesos de extracción y encadenamiento productivo representan un eslabón de trascendencia en esta misión. Desde la UNAP contamos con capital humano calificado para aportar en este ámbito, especialistas como las académicas Erika Meza, María Cecilia Izquierdo, el académico Norman Toro y otros, quienes han contribuido al acervo del conocimiento. 

Es manifiesto el desafío y los retos que como región se nos presentan: posicionarnos como líderes en el estudio y producción de este metal. Para ello, debemos afianzar de forma diligente las colaboraciones entre la academia, la empresa privada y el sector público, donde la instalación de un Instituto de Investigación del Litio emerge como un espacio de confluencia natural para profundizar en ello. 

Desde la UNAP, nos ofrecemos como facilitadores y facilitadoras para establecer los vasos comunicantes y articulaciones que sean necesarias para avanzar en este desafío.