Destacada Participación de Estudiantes de la UNAP en el Proyecto Roquerío
La comunidad de la Quebrada de Tarapacá y las Caletas del borde costero de Pisagua, Caramucho, Chanavayita y Río Seco se encuentran inmersas en el Proyecto Roquerío, una iniciativa liderada por la trabajadora social Loreto González Barra.
Este proyecto, que busca entrelazar el arte y la comunidad en el territorio de Tarapacá, cuenta con la valiosa participación de tres estudiantes de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Arturo Prat (UNAP): Paulina Geraldo, Ashley Castillo y Sofía Alcántara, quienes se encuentran realizando sus prácticas profesionales en el ámbito del Trabajo Social.
Según Loreto González, directora del Proyecto Roquerío, la iniciativa se enfoca en generar procesos pedagógicos que promuevan el intercambio de experiencias con la comunidad, fortaleciendo los vínculos entre la cultura, el arte y las comunidades a través de diversas intervenciones en terreno. "Queremos compartir experiencias con la comunidad, desarrollando procesos de formación que fomenten y potencien estos vínculos", expresó González.
En cuanto a la contribución de las estudiantes de la UNAP, González destacó su significativa aportación a esta iniciativa: "Las alumnas en práctica han sido sumamente importantes. Su participación no solo enriquece el equipo de trabajo, sino que también impulsa el desarrollo de proyectos más colaborativos e interdisciplinarios. La Universidad ha sido un elemento clave para el éxito de este proceso, generando una vinculación efectiva y significativa".
Asimismo, el Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, Hans Mundaca, destacó la especial relevancia del Proyecto Roquerío para la facultad por diversas razones. En primer lugar, subrayó que esta iniciativa permite trascender los espacios tradicionales de la Universidad, llevando el trabajo hacia la comunidad regional, tanto en las quebradas del interior de la región como en las caletas costeras. Esta inmersión en el territorio posibilita un aprendizaje profundo y la incorporación de experiencias vitales de las personas que habitan estos lugares, cumpliendo así con uno de los objetivos fundamentales declarados en los estatutos de la Universidad. Además, Mundaca señaló que el proyecto contribuye significativamente a mejorar las condiciones de vida de la comunidad.
En segundo lugar, enfatizó la importancia del Proyecto Roquerío para la formación de los estudiantes de la carrera de Trabajo Social, quienes realizarán intervenciones comunitarias como parte de su participación en esta iniciativa. Este trabajo práctico es crucial para su proceso formativo, permitiéndoles cumplir con el perfil de egreso de su carrera. En este contexto, el proceso participativo en el que se involucra el estudiantado generará material pedagógico transformador en el aula, lo que refuerza la importancia de apoyar y desarrollar este proyecto en beneficio tanto de los estudiantes como de la comunidad.
Las propias estudiantes han expresado el impacto positivo de su participación en el proyecto. Sofía Alcántara resaltó la oportunidad de aprender de diversos profesionales y adaptarse a situaciones complejas, mientras que Paulina Geraldo destacó el enriquecimiento que ha supuesto conocer experiencias de artistas y gestores culturales. Por su parte, Ashley Castillo valoró la posibilidad de ampliar su mirada hacia nuevas formas de intervención, utilizando el arte como herramienta de mediación.
En conjunto, la participación de estas estudiantes en el Proyecto Roquerío no solo refuerza su formación académica, sino que también contribuye al desarrollo de un trabajo social más innovador y conectado con las necesidades reales de las comunidades.
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