En Facultad de Ciencias Humanas revisan la vocación pedagógica ad portas de la Reforma Educacional
"La educación es un tema álgido, de mucha preocupación en el país, en términos de carrera docente. Formamos profesores y también sabemos que la etapa es compleja, porque no son muchas las personas que deciden estudiar pedagogía; queremos motivar a los estudiantes en este proceso, revisando el tema de la vocación, compartiendo con personas que están en el ejercicio docente", planteó Juan Cerda, académico de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Arturo Prat (UNAP), en el marco de la iniciativa de fortalecimiento de las vocaciones pedagógicas, ad portas de un 2015 que abrirá una nueva etapa en el país con la Reforma Educacional.
Desde la perspectiva del estudiante, Gabriel Hormazábal, contó que después de haber incursionado en Ingeniería, decidió trasladarse a Pedagogía en Inglés en la UNAP, confidenciando su experiencia en la profesión, entregando su visión de cuando se está afuera de la universidad, entrando, y cuando se está a punto de salir, estando ya en Cuarto Año de la carrera.
"Destaco la transición desde a veces el idealismo de la profesión que uno tiene al inicio, a la realidad. Existen aristas complejas, y cómo estudiantes tenemos que ir afrontándolas. He hecho clases en colegios subvencionados y he tomado Simce. El sistema tiene muchas falencias, como la segregación, y las diferencias de los estratos sociales se nota mucho", explicó.
En opinión de Hormazábal, "hay muchas cosas que dependen del profesor. En general falta más vinculación entre las universidades y los colegios, que se haga una revisión con el ministerio. Muchos colegios subvencionados funcionan como empresas y otros establecimientos sí tienen vocación de enseñar a los alumnos. A otros sólo les interesan los resultados por un asunto económico. La formación docente necesita alumnos que tengan un camino más de integración. Me gustaría que la Reforma Educacional hablara más de ser pedagógico, se quedaron mucho en el tema del lucro, pero dejaron de lado a los docentes y la educación".
VALORAR
AL DOCENTE
En tanto, Gilberto Vigueras Arroyo se refirió a las experiencias pedagógicas, con el bagaje de sus 47 años de trayectoria, como director de primera clase (administrador de educación) y profesor de Historia y Geografía, con ejercicio en el Liceo de Pozo Almonte.
"Relevo la importancia del profesor, y que éste aprenda también a valorizarse; la sociedad lo valoriza poco, porque el profesor se valoriza poco. El docente debe ser considerado como un elemento de progreso. El país progresa si tiene buena educación, como la tuvo antaño; Chile exportó profesores, Venezuela y Ecuador especialmente", expresó.
Contrastando su vivencia con el desafío general para los docentes que hallarán de frente la Reforma Educacional, Vigueras sostuvo que en la actualidad "se están dando oportunidades para que el profesor tome un lugar diferente y mejore su calidad, tanto económica, como profesional, pero las directrices que están generando los cambios están desorientadas. No hay una línea vertebral fija desde kínder hasta la universidad que diga éste es nuestro proyecto, el camino se está haciendo a tropezones. Y ahora ya no es el tema el fin al lucro, sino el reforzamiento de la educación municipal, justo cuando se está discutiendo la nueva norma".
"EXCELENTES
PERSONAS"
Sobre los efectos del paso legislativo, apuntó: "Las pedagogías no saben cuáles serán los cambios curriculares, administrativos y pedagógicos; se prometen mejores sueldos y facilidades para ejercer la profesión. Antes los programas de formación duraban mucho tiempo y eran evaluados, ahora las características de Chile no están como la de los países a donde viajan los docentes a perfeccionarse".
Concluyó Vigueras indicando que "las escuelas de pedagogía forman hoy muy buenos profesores en la base científica y cognitiva, pero falta el reforzamiento en la base social, en la ponderación de valores. La sociedad nuestra a todo nivel está sufriendo una crisis moral, una baja en la ética profesional, porque las escuelas no tienen el reforzamiento ético y la formación de valores de manera especial".
"Salen médicos y empresarios, y de igual manera las grandes estafas y la corrupción. Le falta a nuestros profesionales el hogar, por la disgregación en que faltan ambos padres que van a trabajar, y la escuela no lo atiende. Salen excelentes profesionales, pero no excelentes personas. La formación es preparar a excelentes personas. Teníamos el lema de que la docencia es un apostolado. No hay persona mejor pagada en afectos que un profesor", sentenció.