Sorprendidos por la flora y fauna, que se encuentra en medio del desierto más árido del mundo, se mostraron los alrededor de 150 estudiantes del Colegio Hispano Británico, que recorrieron el Centro Experimental de Canchones, que tiene la Universidad Arturo Prat en la provincia del Tamarugal.

Los estudiantes, pertenecientes a quinto año básico, acompañados de los docentes Mauricio Araya y Fernando Colipué y a un grupo de apoderados, visitaron este centro científico que busca impulsar el desarrollo agrícola y ganadero en Tarapacá.

Los anfitriones de la jornada, como fueron el administrador de este espacio, Marcelo Rojas junto al académico, doctor Jorge Arenas, explicaron el objetivo que tiene Canchones, abordando los principales proyectos realizados en los últimos años y cómo a través de instancias científicas, han favorecido el trabajo de los pequeños agricultores del interior.

Tras esto, los estudiantes se desplazaron hasta la planta que permite procesar el Vino del Desierto, conociendo así todo el recorrido que desarrolló esta iniciativa para así lograr, a través de su cepa Tamarugal, ser la primera especie chilena, única en el mundo.

Luego, emprendieron rumbo por los corrales, jardines de variedades y plantaciones de frutas y vegetales, que son cultivados en este centro experimental, interiorizándose de parte de los académicos, sobre las ventajas y desventajas que tiene el desarrollo de la agricultura en este espacio desértico.

El estudiante Rodolfo Yáñez, indicó que "la experiencia fue bacán, no conocía, ni tampoco imaginaba que hubiera algo así acá", mientras que su compañera Sofía de Caso, contó que la vegetación en medio del desierto, fue el aspecto que más despertó su curiosidad.

Mauricio Araya, profesor de Ciencias Naturales, indicó que era primera vez que visitaba este espacio "y creo que venir con los estudiantes es una oportunidad maravillosa, ya que piensa que aparentemente esta no es una zona agrícola y mira todo lo que encontramos. Creo que esto es una motivación a futuro para todos los niños", mientras que Fernando Colipué, docente de Historia, precisó que este viaje "fue fundamental para conectar con el norte y sus vivencias, los elementos culturales y el patrimonio que tiene este lugar".

Finalmente, los apoderados Antonieta Garay e Ignacio Ponce, concordaron con los docentes, comentando que el recorrido fue importante, ya que gran parte de los estudiantes no conoce el interior de la región, pudiendo así exhibir toda la biodiversidad que encierra el desierto.