Portada Portal Patrimonial Columna de opinión Entre lo Tradicional y lo Contemporáneo, la Celebración de la Fiesta de la Virgen de la Tirana Entre lo Tradicional y lo Contemporáneo, la Celebración de la Fiesta de la Virgen de la Tirana

Jueves 11 de agosto de 2022
Carlos A. Contreras Rojo. Arquitecto

Entre lo Tradicional y lo Contemporáneo, la Celebración de la Fiesta de la Virgen de la Tirana

 

 

El pueblo de “La Tirana”, se encuentra a 75 Kilometros de la ciudad de Iquique, puerto principal chileno que ha sido protagonista de importantes desarrollos productivos por su capital de recursos mineros, tales como la extracción de minerales de plata de Huantajaya , la industria salitrera del siglo XIX (1880-1930) y la minería cuprífera contemporánea (2000- ).

   

Cada año acuden a este pueblo miles de fieles, exhibiendo se devoción a través de “sociedades de bailes”, agrupaciones sociales similares a clubes deportivos, que durante todo el año practica su presentación ante la virgen de La Tirana, donde parte del rito es dar la bienvenida ante la iglesia del pueblo, víspera que tiene su clímax la madrugada del 16 de Julio cuando la virgen sale a recibir a sus devotos, este evento actualmente congrega a más de 250 mil peregrinos.

    

El origen de esta celebración nace de la leyenda que a mediados de 1535, don Diego de Almagro inicia su travesía a la Conquista de Chile desde Cuzco, al frente de quinientos cincuenta españoles y diez mil indios peruanos. Al frente de la compañía indígena se encontraban dos hombres, Paullo Tupac, príncipe de linaje de los Incas y Huillac Huma, ultimo sumo sacerdote del culto del Sol.

  

Acompañando secretamente a los indígenas estaban los wilkas, capitanes experimentados de los ejercidos imperiales incas, y Huillac Ñusta, hija de Huillac Huma.

   

Al poco comenzar la travesia, Paullo Tupac y Huillac Huma se escapan con rumbo a Cuzco para iniciar su rebelión, mientras que Huillac Ñusta toma refugio en un bosque de Tamarugos, llamado Tarapaca, proveniente de los conceptos “tara”, que significa árbol y ”pacani”, vocablo para esconderse y ocultarse.

      

Consolidandose como una líder de comarca, Huillac Ñusta comienza a extender su territorio, sumando seguidores desde el Tahuantisuyo, junto con quienes defienden su suelo natal y fe, dando muerte a todo español o indio vaurizado que cayese en su poder, ganando fama entre los españoles como la “tirana del Tamarugal”. Su reinado se extiende hasta conocer a un explorador portugués, quien es tomado prisionero y durante su cautiverio socializa con la princesa hasta establecer una relación amorosa, al llegar el día de la ejecución del prisionero, Huillac Ñusta decide bautizarse para reencontrarse con su enamorado una vez que llegara el momento de su muerte.

   

Los wilkas seguidores de Huillcas Ñusta no dudan en atacar a la pareja, dando muerte a ambos, no sin antes proclamar su cambio de fe.

       

En 1550, continúa la leyenda, cuando el Fray Antonio Rondón, en su campaña evangelizadora llega hasta el bosque de tamarugos para derribar los iconos religiosos de los indígenas y descubre la tumba de Huillac Ñusta, señalada por una cruz cristina entre el claro del bosque. Siendo sorprendido por este icono, el evangelizador decide fundar allí la iglesia de Nuestra señora del Carmen de La Tirana, transformándose en un lugar de peregrinación y romerías por los locales (Echeverría, 1973).

      

Esta leyenda presenta cierta veracidad al encontrarse registro de la visita al territorio de Tarapacá de sus personajes históricos pero teñidos con afán de representar una fábula romántica de sincretismo, esto cobra importancia al celebrar un mestizaje de fe, que logro unir tradiciones de las culturas cristianas exportada por los españoles con las culturas de los trabajadores de las minas de plata, que incluían incas, aimaras, tradiciones criollas chilenas y trabajadores chinos.

   

La importancia de esta celebración es su aporte identitario, ya que es el resultado de la mixtura cultural presente en la zona, transformándose desde sus influencias externas en un elemento particular único en la región.

   

La tradición se encuentra con lo contemporáneo, nuevas disciplinas y su integración.
La contemporización de la celebración de la Virgen del Carmen de La Tirana se ha visto fuertemente afectada por la influencia carnavalesca de bailes invitados, quienes se hacen participes en la celebración de esta fiesta de tradición religiosa pero su impacto.

 

Una expresión clara de este riesgo creciente es apreciable con la creación de la cofradía de baile La Diablada de la Tirana, cuyo origen es documentado en directa respuesta a una visita en 1961 de una agrupación de Diablada Boliviana de Oruro, quienes con sus trajes coloridos, caretas y capas marcan un hito que detona al año siguiente en la fundación de una “sociedad de baile” para este estilo, el cual de adapta a las restricciones impuestas por los demás bailes que son participe de la celebración de la Virgen de La Tirana.

           

Al poco tiempo este tipo de baile, Los conjuntos de diablada, se convierte en uno de los más populares causando en la creación de distintas sociedad de bailes de esta disciplina, convirtiéndose en parte iconográfica de la fiesta ya entrando en 1990. En consecuencia a esto las sociedades de baile han optado por una organización más estricta con el fin de salvaguardar al ámbito religioso de la celebración, incluyendo restricciones en las vestimentas, prohibición de elementos lumínicos y mantener  el carácter solemne de la fiesta litigando una ley seca de alcohol durante la época de celebración.

       

Entrando al siglo XXI, conjunto a un auge económico de la región, se ha experimentado el aumento de bailes visitantes desde otras celebraciones, en especial con el Carnaval de Oruro, causando una influencia directa en las nuevas sociedades de bailes, integrando otras disciplinas como Tinkus, bolivianadas y caporales.

         

La salvaguarda legislativa de la celebración religiosa popular de la Fiesta de la Tirana, serviría como una medio de protección a los bailes tradicionales y a los peregrinos que año a año se congregan para celebrar a la Virgen de La Tirana.

          

Si bien el bailes “chino” se encuentra reconocido como un patrimonio cultural inmaterial dentro del registro del ministerio de cultura de Chile, esta fiesta religiosa presenta los valores identitarios, históricos y culturales para ser reconocida como parte del patrimonio cultural inmaterial de Chile y de UNESCO, ya que es una manifestación cultural internacional tripartita entre los pueblos originarios de Perú, Bolivia y Chile, en conjunto con ser representativa de la corriente de sincretismo católico promovido por la conquista española de américa del sur.

         

El hecho de obtener un reconocimiento como una expresión cultural de patrimonio cultural inmaterial serviría para resguardar los ritos tradicionales de la fiesta, reconociendo las danzas históricas que se presentan a rendir su devoción ante la virgen de La Tirana, así como sus estilos musicales y ritos de peregrinación, consolidando una tradición histórica.

      

     

Carlos A. Contreras Rojo. Arquitecto, Postgrado en Patrimonio Cultural Inmaterial, Facultad de Ingeniería y Arquitectura, Universidad Arturo Prat.

       


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