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Con una gran convocatoria concluyeron las XXII Jornadas de Estudios Migratorios

ImagenEl Jueves 15 de octubre se desarrollaron en la ciudad de Iquique las XXII Jornadas de Estudios Migratorios, instancia que convocó a investigadores y estudiantes que durante la jornada analizaron y discutieron la problemática de las migraciones en diversos contextos nacionales.

 

Dentro de este contexto, dejamos las palabras de bienvenida de la Dra. Marcela Tapia Ladino Directora Ejecutiva del Instituto de Estudios Internacionales (INTE) de la Universidad Arturo Prat, quien realizó un recuento desde el origen de las Jornadas de Estudios Migratorios y la importancia que han logrado en estas veintidós ediciones.

 

"Las Jornadas de Estudios Migratorios nacieron de la inquietud de un grupo de académicos liderados por el Dr. Baldomero Estrada de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, quienes estudiaban las migraciones en la historia de Chile y decidieron reunirse una vez al año para compartir avances y resultados de investigación. Hoy realizamos las XXII versión de estas jornadas y es un todo un honor y un privilegio para el Instituto de Estudios Internacionales poder acoger esta actividad en la Universidad Arturo Prat.

 

El estudio de las migraciones es un campo de interés cada vez más multi y transdisciplinar, lo que es una muestra de esta preocupación investigativa por un fenómeno que cada vez es más complejo y diverso. A las migraciones económicas, estudiadas largamente por la historia, se suman con más celeridad las migraciones forzosas producto de las guerras, los conflictos internos, la violencia y los desastres naturales. Lo que no significa que las migraciones laborales no fuesen menos apremiantes, sino que hoy la movilidad poblacional adquiere en ocasiones rasgos dramáticos y de urgencia humanitaria como el desplazamiento forzado y el refugio. Hace unas semanas fuimos golpeados con la imagen del niño Aylan Kurdi aparecido muerto en una playa de Turquía. La triste noticia sirvió para que Europa aumentara las cifras de admisión de refugiados y para que la opinión pública internacional tomara conciencia de la magnitud del drama sirio. A esas imágenes se suman las de las pateras con migrantes subsaharianos que cada verano europeo tratan de alcanzar las costas del mediterráneo o las Islas Canarias. Asimismo sabemos del drama de los latinoamericanos en EE.UU a los que no se les regulariza su situación afectado a toda una generación de jóvenes y familias que ven afectados su “sueños americanos”.

 

ImagenCon todo, la historia nos demuestra que la migración es también una oportunidad para quienes migran y para las sociedades receptoras, la diversidad cultural, la gastronomía, la música y las maneras de ser enriquecen a los países que reciben migrantes. Al mismo tiempo, la historia nos enseña que los ciclos son dinámicos y cambiantes, países que como España fue por largo tiempo un país de emigración y a fines del siglo 20 y en poco menos de 20 años se convirtió en uno de inmigración hasta la crisis del 2008. Hoy hay más salidas que entradas de extranjeros en la península y no es extraño que lleguen a Chile profesionales en busca de nuevas oportunidades. Como me aprendí en la carrera de historia de la U de Concepción la historia es maestra de la vida y es preciso ilustrarse de ella. Los fenómenos poseen una profundidad histórica que a veces desconocemos y es necesario develarla para ponerlas en su real dimensión.

 

En este sentido la convocatoria de estas jornadas tiene como subtítulo la Historia y los desafíos para las Ciencias Sociales. Conocida es la disputa entre historiadores y sociólogos y a menudo se habló de un diálogo de sordos. Hace pocos años Saskia Sassen, reconocida socióloga, escritora y profesora neerlandesa asumió el desafío que le planteó Eric Hobsbawm de escribir un libro sobre los doscientos años de historia de la migración Europea, y lo hizo. En el libro Inmigrantes y ciudadanos. De las migraciones masivas a la Europa fortalez, Sassen plantea que “el pasado también nos dice algo sobre las condiciones actuales: puede que obsesionarse con los controles de frontera para regular los flujos migratorios no sea de mucha utilidad. Intenté comprobar asimismo otro hecho con ayuda de las historias migratorias del pasado, a saber, la importancia del papel que desempeña el forastero en el proceso de adquisición de derechos. La historia demuestra que, en coyunturas críticas, reconocer las reclamaciones del inmigrante acaba ampliando los derechos formales de los ciudadanos”.