El Doctor de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Arturo Prat (UNAP), Roberto Dufraix, intervino en el documental "On the war on drugs" o "La guerra contra las drogas", producido en el marco del Simposio Internacional sobre Reducción de Daños, llevado a cabo durante el año 2014 en la ciudad de San Sebastián (España), y organizado por los Doctores Xabier Arana de la Universidad del País Vasco y Salomão Shecaira de la Universidad de São Paulo (Brasil).

El documental, que desde hace pocos meses se difunde en Internet (https://vimeo.com/162966953), reúne la opinión de distintos expertos en política criminal de drogas, como asimismo de distintos actores sociales que analizan la temática desde la perspectiva de los derechos de los consumidores de drogas.

ANÁLISIS

"Hoy se ha demostrado que la guerra contra las drogas se perdió", afirma Dufraix.

A partir de ahí, el Doctor Dufraix cuestiona la utilidad del paradigma que se sustenta sobre la base de prohibiciones, argumentando que "no sólo es una invasión de cara a la órbita de organización vital de un sujeto éticamente libre, sino también una estrategia que llega a causar más daños que los que pretende evitar".

En este sentido, explica el investigador, "los paradigmas que actualmente se encuentran en tensión son dos, el prohibicionismo y la normalización, y entre ambos todavía es posible observar un tercer modelo, cuya orientación tiende, sobre todo, a la materialización de una estrategia que apunta a la "reducción del daño".

"REDUCCIÓN DE DAÑOS"

En ese contexto, Dufraix precisó que desde este paradigma no se descarta a priori la existencia de prohibiciones, sino que se apunta a controlar el fenómeno desde una perspectiva más realista, que asume el fracaso de políticas fundadas exclusivamente en prohibiciones, y que, por lo mismo, está más preocupada de reducir, o al menos no incrementar, los daños asociados al consumo de drogas"

Al respecto, aseveró "esto último es precisamente lo que ha ocurrido en Chile a partir de la Ley 20.000, que apuntando a la estructuración de un sistema más eficaz para la persecución del tráfico de drogas, terminó en los hechos incrementando las condenas por "porte o consumo", criminalizando así "modos de vida" irrelevantes de cara al objetivo que se declaró. De este modo, no sólo se aumenta la cantidad de "usuarios" del sistema penal, sino también los índices de criminalización de las clases más bajas, en tanto "clientes habituales" del sistema penal. Está muy probado que el sistema penal opera de forma muy "selectiva", y en esta medida debe legislarse con la mejor de las prudencias posibles".

En este sentido, el Doctor Dufraix precisó: "Me parece que las prohibiciones asociadas a la esfera íntima del ser humano nunca han sido efectivas, y en esta medida la mayor de las veces provocan más problemas que soluciones. Piénsese, por ejemplo, en la prohibición del aborto. Gracias a ella y al carácter selectivo con el que suele operar el sistema penal, ni se evitan los abortos, ni se persigue a todas las mujeres por igual, sólo a las más pobres, con lo cual, claro está, no sólo se estimulan abortos clandestinos que ponen significativamente en peligro la vida de la madre y del feto, sino también se reproducen ciertas lógicas asociadas a la dominación de clases, con todos los costos que ello implica. Pues bien, guardando las proporciones, en materia de consumo de drogas pasa algo similar"

Finalmente, destacó la importancia que tiene el análisis del fenómeno desde la perspectiva de los derechos: "Una lectura desprejuiciada y lo menos visceral posible aporta a la discusión desde una perspectiva que sitúa a la libertad en un primer plano. A partir de ahí, no sólo la inclusión del Derecho Penal resultaría altamente cuestionable, sino además podrían tratarse otras cuestiones, más vinculadas, si se quiere, a educar para un "consumo responsable" y así no poner en peligro la salud individual de quienes deciden consumir. Pero en tanto la perspectiva sea prohibir sobre la base de una demonización de la droga, difícilmente se podrá avanzar en la construcción de un modelo más respetuoso de los derechos y menos perjudicial de cara a la salud individual de los sujetos involucrados".